DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Vino

El vino tiene antecedentes en todas las culturas comenzando con Dioniso-Baco, tan bien tratado por los griegos y romanos como mal con respecto a Noé, que maldice a su vástago Cam y su descendencia por el simple hecho de haber penetrado en su tienda, habiéndolo encontrado desnudo y ebrio. Veamos lo que dice la Biblia:

Los hijos de Noé que salieron del arca eran Sem, Cam y Jafet. Cam es el padre de Canaán. Estos tres fueron los hijos de Noé, y a partir de ellos se pobló toda la tierra. Noé se dedicó a la labranza y plantó una viña. [Después de haber salvado a los que habitamos el mundo en su barca]. Bebió del vino, se embriagó, y quedó desnudo en medio de su tienda. Vio Cam, padre de Canaán, la desnudez de su padre, y avisó a sus dos hermanos afuera. Entonces Sem y Jafet tomaron el manto, se lo echaron al hombro los dos, y andando hacia atrás, vueltas las caras, cubrieron la desnudez de su padre sin verla. Cuando despertó Noé de su embriaguez y supo lo que había hecho con él su hijo menor, dijo: «¡Maldito sea Canaán! ¡Siervo de siervos sea para sus hermanos!» Y dijo: «¡Bendito sea Yahveh, el Dios de Sem, y sea Canaán esclavo suyo! ¡Haga Dios dilatado a Jafet; habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán esclavo suyo!» (Gn. IX, 18-27).

Miguel Angel, La embriaguez de Noé, Capilla Sixtina, Vaticano, 1508-1512.
Miguel Angel, La embriaguez de Noé, Capilla
Sixtina, Vaticano, 1508-1512

Como se ve, el simple hecho de que Cam lo hubiera visto desnudo y ebrio y acudiera a sus hermanos es para Noé una falta gravísima que su hijo ha cometido. Desde luego que para nuestros ojos literales esta actitud es totalmente injusta y sin fundamento. Ser maldito por algo tan banal –ni un pecado venial siquiera–, es algo totalmente ajeno al pensamiento del hombre contemporáneo, aun del religioso. Y no sólo es al propio Cam sino a toda su descendencia a la que se condena a la esclavitud que es a lo que se refiere la maldición de Noé, que ha sido capaz de este acto. Está claro que los lectores que se ocupan de símbolos deben ver necesariamente otra explicación de este hecho tan cruel como trivial aunque aquí no la trataremos.

El vino para los católicos es nada menos que la sangre de Cristo vertida en aras de nuestra salvación, así como el pan significa el cuerpo transubstanciado. Esto le da un carácter netamente religioso que se expresa también en el hecho de que el sacerdote comulgue con ese vino y ese pan en el sacrificio de la misa. Otros pueblos se lo han tomado con diferente talante aunque no han dejado de simbolizar su importancia, como es el caso de los griegos, que festejaban los misterios de Dioniso de forma tumultuosa y festiva. En Europa, en tiempos más antiguos las celebraciones fueron de sacrificios humanos, algunas veces caníbales.

Se ha considerado al vino desde mucho antes del cristianismo como un elemento simbólico y activo en la búsqueda del Conocimiento y el éxtasis. Los egipcios incluso lo tenían por sagrado y a las uvas las llamaban «Ojos de Horus». El vino también alegra el corazón, nos excita a nuevas aventuras aunque, en algunas ocasiones, acaben en desastres.

Pintura de una tumba tebana, Egipto.
Pintura de una tumba tebana, Egipto

2. Tampoco la embriaguez es perseguida por estas culturas, sino incluso buscada ya que se la considera emparentada con la visión y aun con la profecía. La frase latina –en Roma se lo bebía mezclado con agua y especies, como los griegos– «in vino veritas» ha tenido enormes repercusiones en Occidente.

Vino. Alciato, Emblemas, 1531.
Vino. Alciato, Emblemas, 1531

3. En el islam el vino está rigurosamente prohibido y se lo asocia al diablo; sin embargo, se dice que los hombres beberán vino en el Paraíso, aunque se trata de un vino espiritual, carácter que en otras culturas tradicionales posee el mismo vino material y el alcohol en general, el que produce bebidas llamadas hasta hoy «espirituosas».

4. Las culturas precolombinas han utilizado el alcohol –y lo siguen utilizando– en distintos ritos y ceremonias, muchas de ellas ligadas a la fertilidad. Los maya-quichés actuales, entre otros muchos, no sólo lo ofrendan en sus fiestas religiosas sino que se lo beben hasta adquirir determinado estado.

La borrachera sagrada está presente en todas las Tradiciones y no habría sino que citar al dios Baco romano para comprobarlo.

El alcohol es una conjunción de agua y fuego, un agua-ardiente, un aqua vitae, y para los pueblos arcaicos su efecto es evidentemente transformador e inspirativo como el de otras drogas. En México aún se bebe el pulque y en la zona andina la chicha, basados en la fermentación de un cactus, el maguey, en el primer caso, y del maíz (o el balché maya) en el segundo, a los que se les agregan otros ingredientes.

Los colonizadores norteamericanos observaron de inmediato la importancia del alcohol con respecto al indígena, que no lo había consumido en este sector anteriormente, y lo utilizaron como medio de disolución y exterminio, ya que el alcohol, como todo símbolo sagrado tiene el poder de otorgar vida y asimismo conducir a la muerte.

Con el trago se olvida, es como un sueño, parece que dormimos (agua) y el cuerpo nomás andando y peleando como un perro con rabia (fuego)

relata un informante tzotzil a C. Guiteras Holmes, en la época actual.

Para los tupí-guaraníes el creador Tamói, que significa abuelo, fue el inventor de muchos frutos alimenticios, entre ellos la mandioca y el maíz; también les enseñó a fermentarlos para producir la chicha y fue el primero en embriagarse, como el Noé hebraico. Los aztecas, pueblo de rigurosa moral pese a sus cruentos sacrificios humanos tenían prohibida la ingestión del pulque fuera de determinadas ceremonias; sólo la permitían beber a los ancianos. La diosa del maguey (planta con que se fabrica el pulque) era llamada Mayahuel, y reinaba junto con los Centzon Totoch Tin, los cuatrocientos conejos, nombre que se hacía extensivo a las borracheras sagradas. Los pueblos náhuatl relacionaban al conejo con la luna y la fertilidad; las manchas de la luna eran la representación de un conejo que desde el mito creacional habitaba en ella.

El número cuatrocientos, Centzon, literalmente veinte veces veinte, era una cifra indeterminada que expresaba multitud, un número hiperbólico, como el diez mil de la Tradición China; la asociación del licor con lo lunar tiene destacada importancia en distintas Tradiciones del Viejo y el Nuevo Mundo, aunque también con lo solar en cuanto conjunción agua-fuego. Aclla es el nombre de las vírgenes del sol, que en el Cuzco preparaban la chicha santa que bebía el Inca.

5. Puesto que ciertamente toda la demiúrgia divisible está en dependencia de la mónada de Dioniso, // separando del intelecto universal los intelectos participantes en el mundo, y muchas almas, de la única alma, y todas las formas perceptibles, de sus propias totalidades, por eso ciertamente los teólogos (Orph. fr. 216) han llamado oinov (vino) a ese mismo dios y a todas sus realizaciones demiúrgicas; pues todas las cosas // son vástagos del intelecto, y unas participan más lejos, y otras más cerca, de la distribución dividida del intelecto. En efecto, el vino, que está en los seres, actúa análogamente: en el cuerpo, a modo de imagen, según creencia e imaginación falsas, y en los intelectivos el actuar y producir demiúrgicamente es según el intelecto, ya que también // se dice (Orph. fr. 210) que el corazón es el único que permanece indivisible en el desgarramiento de los Titanes, esto es, la esencia no dividida del intelecto. (Proclo, Lecturas del Crátilo de Platón, CLXXXII). Melki-Tsedek Drogas Sagradas.