Phlyax (gr.)
Indica tanto una obra tragicómica de género burlesco –donde se utiliza la mitología de forma humorística, aunque no nos es del todo fácil hoy en día comprender la naturaleza exacta de esas obras que la iconografía no relaciona con la tragedia griega y todo lo que se ha escrito sobre ello de modo solemne y de acartonado reciclaje–, como a un personaje que la representa: Phlyax (y otros compañeros artistas figurando varias entidades reconocibles, entre ellos los habitantes del Olimpo y sus historias contadas por Homero) y al que se lo ve como sumamente popular, lo que queda claro en jarrones, platos y vasos de Paestum, que parecerían tener un interés muy marcado por este personaje o por otros análogos: bien con el pelo cano o completamente blanco; en grupos, apareciendo de formas diferentes, tal vez maquillados o interpretados por otros individuos, algunos vestidos de negro; aparecen de manera inesperada uniéndose en su farsa a la procesión báquica, al propio dios, sus Ménades, con otros dioses, y se los identifica porque todos llevan una mandíbula que parece haberse desprendido del rostro. → Bes → Enano → Ptah: Pateco. Todo lo cual nos quiere decir permanentemente algo que no acabamos todavía de realizar, pero que se vincula con lo sagrado del teatro griego y su sucesor el romano, relacionados todos con el desfile iniciático a cuya cabeza va Dioniso.
Phlyax. Cerámica de Paestum, s. IV a. C.
Por otra parte, Phlyax es una figura perfectamente reconocible que aparece en ese desfile, y se vincula a los personajes de las farsas y burlas de los bufones y comediantes; –que incluyen insolencias contra reyes y cuentos y chistes de grueso calibre dichos con desparpajo– algo que no se acaba de entender actualmente si no se piensa en los ritos y muchas veces en lo grotesco de algunos personajes en todas las Tradiciones conocidas, y en que todos ellos son las máscaras teatrales de los dioses que fijan las pautas de los mortales.