Ptah (egip.)
En Memphis dios creador de las maravillas y de la belleza del mundo, así como de su armonía. Los artesanos estaban bajo su patrocinio.
Algunos estudiosos piensan que por ello se lo consideró posteriormente como el creador del Universo, pero la verdad es que esto es de una ignorancia supina, ya que es exactamente lo contrario, es decir, que por ser el Gran Artesano los humanos puestos bajo su advocación debían imitar la perfección de su obra divina. Pues lo menor simboliza a lo mayor y nunca lo mayor puede simbolizar a lo menor, como nos enseña René Guénon.
Parece como una momia o más bien envuelto en un sudario. En la iconografía se lo suele confundir con Osiris, con el que tiene algunas cosas en común; dos manos salen de su cuerpo y sostienen un cetro, símbolo del Eje del Mundo.
Crea por su lengua, es decir por su palabra que expresa su corazón, según consta en el texto de Shabaka de la dinastía XXV, aunque otros documentos dan cuenta de ello. Aparece en el período predinástico y permanece como demiurgo hasta el fin de los faraones.
Ptah-Vulcano
J. F. Champollion, Panthéon Égyptien, 1823
Adquirió múltiples formas en Tebas, Abidos, en Nubia y aun en Memphis, aunque tal vez la más importante es la de Tatenen. La más antigua es la de un enano con un inmenso falo. En su aspecto funerario se vincula con Ptah-Sokar-Osiris. Su heraldo era el buey Apis.
2. Ptah Sokari
Es una deidad que ofrece la imagen de Amón Generador y que nos muestra la figura de un enano rodeado de cocodrilos y serpientes en ocasiones con el falo erecto para mostrar esa función, y también a veces se lo figura con el fuete del mismo Amón Ra para estimular a la Luna que envía al mundo terrestre los gérmenes de todos los seres vivientes; y estas imágenes del organizador del mundo pueden tener dos cabezas: una humana que es la cabeza ordinaria de Ptah y la otra es aquella que toma habitualmente y usa como halcón y en ese sentido está emparentado con Horus. Es también totalmente el dios hierático de Memphis, el inventor de la filosofía, al contrario de Hefestos que sólo fabricaba obras materiales, con el que también se lo relaciona.
Ptah-Sokari
J. F. Champollion, Panthéon Égyptien, 1823
Esto nos muestra cómo una deidad puede transformarse en otra a tal punto que el hijo de este gran dios es llamado Pateco, nombre derivado de Ptah, al que también se lo hace hijo de Bes por su iconografía relacionada tanto con la niñez como con la deformidad física merecedora de veneración entre casi todos los pueblos de la antigüedad.
Esta incoherencia y la confusión que reina en los decires de los autores griegos y romanos, como ya se ve, es propia de todos los panteones; de allí que la mitología tenga un valor relativo en cuanto una verdadera forma de conocimiento, pues la práctica de estas transformaciones, en parte, se explica por las distintas circunstancias y aspectos en que ciertas Tradiciones los han invocado y por algunos atributos que le han sido agregados lícitamente, dado el desarrollo de la práctica metafísica de algunas escuelas de pensamiento; esto incluye las filiaciones y las distintas imágenes de los dioses, por lo que Ptah Sokari con cabeza de halcón difiere del enano, derivado en algunos casos, del Bes egipcio y presente en la cultura griega como Hefestos por la endeblez de sus piernas, y posteriormente de los enanos de las cortes europeas, aunque se lo suele relacionar también con Harpócrates. → Bes → Enano. Asimismo con el Phlyax como personaje teatral, antecedente de la comedia del arte renacentista, y sus burlonas representaciones en la cerámica de Paestum que muestran el amor a lo grotesco, como puede ser la de un niño con el falo erecto, en suma con lo monstruoso, inhabitual y por lo tanto representado en su panteón. → Teatro.