Crono(s) - Saturno (gr.-lat.)
Dos versiones hay de Saturno (en griego, Crono), una la que después de castrar a su padre y de liberar a sus hermanos, con el tiempo se volvió un tirano como él y enterado por su madre Gea de que iba a ser traicionado por sus hijos no encuentra nada mejor que matarles, devorándoselos. La mitología da cuenta de que de los cinco que tenía se engulle a cuatro, aunque Rea, su esposa, es capaz de salvar al quinto, Júpiter, dándole a comer en cambio una piedra envuelta en pañales.
Cronos (Saturno) arrebata a sus hijos para devorarlos
Otra versión romana afirma que durante su reinado la tierra estaba más fecunda que nunca y que filtraba néctar, leche y miel mientras los campos producían cosechas ubérrimas. Y que cuando capó a su padre lo envió a los Campos Elíseos, o bien a las islas de los Bienaventurados donde las almas vivían en paz.
La alquimia relaciona a Saturno con el plomo, el metal más pesado, mientras que la astrología lo asocia con el color negro. Esta última correspondencia puede ser tomada como que este color, el más oscuro de todos, está vinculado con lo más alto –en el Árbol Sefirótico con Binah, según nuestro criterio– es decir, con el mundo de los Principios que conforman el cosmos, y por ello perteneciente a la tríada que tiene por vértice superior a Kether, la primera manifestación del infinito o No Ser, a la que corresponde el color negro en su sentido más elevado.
Hace unas décadas se ha rescatado del Renacimiento una idea que une a Saturno con la Melancolía, como fase preliminar a otros estados del alma más luminosos, lo cual es una idea que puede asociarse al lema V.I.T.R.I.O.L., anagrama cuyas letras primeras corresponden a la traducción de la frase escrita en latín:
Visita el interior de la tierra y rectificando encontrarás la piedra oculta.
Lo que debe entenderse como el símbolo de la negrura por lo más bajo, así como a la pesantez que ancla a la tierra, a lo más denso y oscuro, el plomo, en oposición al planeta más alto, la otra imagen de Crono. → Oscuridad.
2. Crono es el Tiempo. Esta cualidad limitativa, que junto con el espacio y el movimiento conforman el hábitat humano, es asignada, en astrología, al planeta Saturno que, según el mito, va devorando a sus propios hijos a los que signa así con la muerte. En Roma las saturnales eran unas fiestas con las que acababa el año regido por Jano que se celebraban en el solsticio de invierno; eran los días más festivos y felices de dicho periodo, donde se daban banquetes y se ofrecían regalos.
Su equivalente caldeo es el dios Nibib.
3. Himnos Órficos, XIII: "A Crono":
Padre de los bienaventurados dioses y de los hombres, perennemente joven, fértil en recursos, inmaculado, forzudo, valeroso titán, que todo lo consumes y, a la vez, lo engrandeces, que posees, por el ancho mundo, vínculos irrompibles. Crono, progenitor del tiempo, Crono elocuente; retoño de la Tierra y del estrellado Cielo, nacimiento, crecimiento y disminución, esposo de Rea, venerable Prometeo, que habitas en todas las partes del universo, patriarca de sinuoso espíritu, poderoso. Atiende nuestras suplicantes voces y, por favor, envía un dichoso final de vida por siempre irreprochable.
Es una idea interesante asociar a Cronos (el Tiempo) como cohesionador del sistema cósmico, así como Eros era en el Olimpo un arquetipo del Amor, que todo lo une, elemento imprescindible en el matrimonio del cielo y la tierra.