Calor
Los indígenas americanos dividen su sistema de valores de acuerdo a la oposición de los contrarios en dos grandes fracciones. Esta primera clasificación, común a la totalidad de las Tradiciones conocidas, resulta absolutamente lógica en cuanto refleja las más básicas percepciones de día-noche, luz-oscuridad, macho-hembra, las dos porciones del año separadas por los solsticios, supramundo-inframundo, etc.; presente unánimemente en las cosmologías indígenas, lleva también a la división de sus valores culturales –su organización social, entre ellos– en dos grandes partes que oponiéndose, sin embargo se complementan en un punto unitario en donde ellas coinciden. De entre los numerosos ejemplos evidentes, o no, uno de los más destacados es la división calor-frío, presente aún en la actualidad en Mesoamérica y en otros puntos del continente.
La ordenación a que nos estamos refiriendo se presenta en particular en lo que toca a la medicina y a todo aquello emparentado con la curación y las prácticas rituales que le son parejas, así como en infinidad de elementos relacionados con la salud de cuerpo y alma.
En efecto, el mal es visto como un desequilibrio que debe restaurarse gracias a la armonía de los contrarios; para ese fin la realidad es polarizada en un sistema en el que caben tanto alimentos, como plantas, substancias farmacópicas y tipos de individuos. Debe advertirse que esta división no se refiere a la temperatura, o a los fenómenos que entendemos hoy como fríos o calientes, sino a las cualidades intrínsecas y esenciales que poseen seres y cosas. Lo que se busca es restaurar el orden natural interferido por algún desequilibrio causante del mal para lograr el acuerdo que supone la salud, para lo cual, en la mayoría de los casos se busca un antídoto opuesto a la naturaleza del mal; lo que dicho simplemente es utilizar una medicina fría para una enfermedad caliente, o viceversa.
Existe una vana polémica vinculada con el hecho de si la clasificación es hipocrática o no, o sea si fue introducida por los europeos o es aborigen. Esta fatigosa discusión no toma en cuenta la posibilidad de que, como en muchísimos aspectos, tal vez la mayoría, las versiones fuesen coincidentes, sin necesidad de una difusión. En China, que nada tiene que ver con Hipócrates ni con los indoamericanos existe una ordenación exacta, también referida a la medicina, aunque no sólo a ella, donde el calor es denominado yang y el frío yin, y la salud es una complementación de ambas. → Frío.