Cadena de Unión
Término masónico que se refiere a la unión con la Catena Aurea hermética y la Vía Láctea como camino iniciático entre cielo y tierra, llamada Camino de Santiago y no en vano.
La unión con esa cadena lo dota al que se abre a ella con la actualización de lo que en hermetismo se llama el "niño alquímico" u hombre nuevo paulino y se identifica, en su origen, al sacramento del bautismo.
Esta verdadera identidad entre objeto y sujeto es la primera culminación del sendero iniciático y se vincula directamente con la recepción de la transmisión y el fruto del trabajo hermético, en suma, con su ingreso a los misterios mayores, habiendo previamente hecho el tránsito por los menores. Es haber ligado con la Tradición o el Colegio Invisible de la Ciudad Celeste, aunque falte aún un buen trecho por recorrer.
El rito masónico que representa este concepto es una rueda cuyos radios son los miembros de la Logia, los que se encuentran asidos entre sí, representando eslabones de la cadena, la cual está rota por nuestras imperfecciones y se debe volver a restaurar, tal cual aprendices y compañeros deben tallar perfectamente la piedra.
Este reconocimiento garantiza la transmisión tradicional y es el elemento capaz de una renovación de la creación pues se trata de una escisión para poder acceder a las claves del siempre presente, otra forma del Sí mismo, que se va conociendo en su inmensidad, contenida en su posibilidad ilimitada. → Historia sagrada.