Ascenso
Pues yo tengo leves y raudas alas / para ascender a lo más alto del cielo, / y cuando tu espíritu veloz se haya revestido de ellas / podrá mirar con desprecio a la tierra. / Traspasará la esfera del aire infinito, / dejará atrás nubes, / ascenderá por encima de las llamas / que atiza el éter volátil / hasta tocar la región de las estrellas.
Así describe el filósofo latino A. M. Severino Boecio (c. 475-524) la elevación del Alma hacia Dios y su inspiración en él atraídos el sujeto que conoce y el objeto a conocer en una mutua unión que termina por consolidarse cuando se entiende que su Consolación de la Filosofía es una obra dedicada al ascenso del alma por la belleza de sus textos a través de las dificultades que ofrece el mundo y que él conoce pues se encuentra en ese momento prisionero en una cárcel con un futuro extremadamente incierto.
El ascenso es pues, una figura del alma en su viaje hacia el Conocimiento que se expresa por una levedad cada vez mayor en sus contenidos y destino final.
2. En el simbolismo se suele entender al ascenso como espiritual en los diferentes planos en que se manifiesta la creación. O sea, en el mundo físico, psíquico (anímico) y finalmente en el noético (arquetípico y realmente espiritual).
Esta experiencia, la de escalar hacia la cima de una montaña, es también propia de la idea de ascenso, el que es vehiculado igualmente por la vertical en distintos ámbitos.
Estela 1 de El Castillo, lado A. Costa Sur, Guatemala
Hemos dicho en nuestra entrada Descenso que éste es gradual o súbito. Así mismo los ascensos por distintos mundos se realizan de modo escalonado y en algunas oportunidades son fulminantes.
En el Árbol de la Vida Cabalístico el ascenso parte de Malkhuth a Kether, o sea, de la Tierra y el hombre profano al Cielo y al conocimiento de lo sagrado.
El Árbol de la Vida Cabalístico es un símbolo de la manifestación que desciende desde la idea o arquetipo al mundo de lo corpóreo. Esta es la disposición con que se trabaja con el diagrama del Árbol, salvo como en el caso de uno de los grandes cabalistas de la época, Joseph Chiquitilla, al escribir su Puertas de Luz en el sentido inverso, es decir, indicando una vía ascendente desde la creación, en particular desde el hombre, que puede ir subiendo de nivel de conocimiento a medida que articula su trabajo hermético utilizando el Árbol Sefirótico. Se describen en esta obra las distintas alternativas que en el alma del cabalista se producen en la subida de lo más bajo y concreto, a lo invisible, al No Ser, y de ese modo, a la Posibilidad Universal.
Ascenso y descenso son la oportunidad de la complementación de opuestos en aras de dar a luz al Niño Alquímico. Recordando que en un plano superior se van conociendo cosas nuevas, pero no se pierde por ello el recuerdo de los planos más bajos, de donde comenzó su recorrido. → Árbol de la Vida.
Ramón Llull, Liber ascensu et descensu intellectus,
Valencia, 1512