DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Tradición China

La Tradición China se supone que se extiende desde el 3700 a. C. hasta la fecha, aunque sufrió una readecuación en el siglo VI a. C. con la presencia complementaria de Lao Tse y Confucio.

Lao-Zi y Confucio.
Lao-Zi con Confucio

El principal sustento de esta Tradición se basa en su pensamiento primigenio y revelado, que da origen a la idea del Yin-Yang conformada en tiempos antiguos y que el Taoísmo vuelve a reactualizar por Lao Tse. A su vez este símbolo circular es un todo que se divide en dos mitades opuestas y complementarias, una oscura y femenina y otra clara y masculina, contenidas en el Tao.

Otra división que se tiene muy en cuenta en la Tradición China es la tripartición, del cielo, la tierra y el hombre verdadero como intermediario entre ellos, sustentando por sí todo el hecho creacional.

Es a Fo-Hi al que se le atribuye la revelación del I Ching (el libro de las mutaciones) y al que en realidad se deben los ocho trigramas del mismo, representados por las combinaciones de una línea entera y otra fraccionada en dos partes: la primera línea es yang y la segunda yin. Se dice también que Fo-Hi (Fuxi) era un dragón o había sido criado por ellos. Este fue el primer emperador de China que reinaba junto con su consorte Niu-Kua (Nüwa), también su hermana, y a los que se figuraba como teniendo Fo-Hi por atributo la escuadra y su mujer el compás y

se los representa siempre abrazados pues sus cuerpos terminan en un nudo de serpientes

Fo-Hi y Niu-kua.
Fo-Hi y Niu-kua
Pintura en tela, s. XVII. Turfan, China
Museo Nacional de Corea, Seul

nos dice Marcel Granet. Y agrega Guénon que la figura es idéntica a la de las dos serpientes que se enrollan en el caduceo hermético (y los símbolos que llevan en sus manos, propios de la enseñanza masónica).

Fo-Hi es el que inventó el sistema de cuerdas anudadas, así como la adivinación mediante las varitas de milenrama basadas en los trigramas que le fueron mostrados por el emperador del cielo.

Por otra parte, estos trigramas son la base de toda la cultura de los pueblos extremo orientales, como hemos dicho.

Igualmente son fundamentales los números –nunca tomados en forma cuantitativa– y no sólo referidos al tiempo, sino también al espacio. Asimismo los ritmos del hombre, la naturaleza y los tonos musicales del mundo presentes también en su lengua y escritura, el chino, del cual el I Ching es un precursor.

Fo-Hi y su consorte o hermana Niu-Kua.
Fo-Hi y su consorte o hermana Niu-Kua
Calco de un bajo relieve de una estela funeraria (151 d. C.).
Santuario de Wu Liang, Shantung

El I Ching ha sido el único de los tres libros que escribió Fo-Hi que ha subsistido, el que no tenía comentarios agregados a los puros trigramas, o como sería luego, a los 64 hexagramas. El hecho de que este emperador viera en la efigie de un dragón los trigramas que así se le revelaron nos da una idea del pensamiento mágico en que se basa la Tradición China y es por esto que este libro es tanto una obra de sabiduría en todos los campos, como un oráculo. Y de allí se deduce todo el entramado chino que únicamente en tiempos posteriores fue construyendo una mitología en base a antiguas leyendas, que se nos dice han sufrido diferentes influencias tanto arias como griegas y germanas y según se nos cuenta eso se debe a una invasión de los Tocarios.

Por lo que vemos, que la idea de un dios creador es ajena al pensamiento chino y a su expresión más tradicional, el Taoísmo (aunque también al Confucionismo, a pesar de ser sólo una ética), puesto que la Tradición China es directamente metafísica y no se habla de un dios creador (cosmogonía) como suele ser en el resto de las Tradiciones conocidas.

Otra historia relacionada con este emperador proverbial es atribuida a su mujer, ya que se dice que en su tiempo se rasgó el cielo y ella tuvo que coserlo tachonándolo con piedras preciosas (las nuevas estrellas del Kali Yuga, según insinúa Guénon).

Se debe aclarar que el emperador Fo-Hi no era una persona sino más bien una entidad o un pensamiento originado en los albores de la Tradición China, en sus primeros siglos. También debemos agregar que él mismo, en su visión, conoció todo el cielo y la tierra e inclusive a la humanidad intermediaria entre ambos.

Parece ser que el rey Wen, fundador de los Tcheu, es el que creó los hexagramas, que de modo natural nacen de los ocho trigramas conformando así sesenta y cuatro imágenes combinatorias entre las posibilidades de relación de los hexagramas formados por dos trigramas.

También se nos cuenta que el cielo mostró al emperador, Yu, el Grande, fundador de la dinastía de los Hia, el cual era un agrimensor, las nueve secciones del Hong Fan, gran modelo o sumo plan, (al que también vio escrito sintéticamente en el caparazón de una tortuga) que por lo tanto es el sustento del mundo, como las cuatro patas de la tortuga las columnas en que se apoya éste (asimismo se atribuye a Niu-Kua el haber arreglado con las patas de dicho animal marino el mundo que se desestabilizaba). Combinándose así dos mitos: lo que le confió el cielo a Yu y por otra parte a Fo-Hi.

El diagrama Lo-chu presentado a Yu por la tortuga considerado tradicionalmente la síntesis del Hong Fan
El diagrama Lo-chu presentado a Yu
por la tortuga considerado tradicionalmente
la síntesis del Hong Fan

La parte superior de la caparazón es redonda y la inferior es cuadrada y ambas representan al cielo y a la tierra respectivamente. La tortuga, simplemente dicha, el mero animal, simboliza al hombre, a la humanidad intermediaria. El enrejado llamado Hong Fan es un esquema sintético del mundo.

Plantas del Ming-Tang de 5 y 9 pabellones.
Plantas del Ming-Tang de 5 y 9 pabellones

El Ming-Tang es una imagen del mundo correspondiente a la parte inferior de la tortuga y ordena allí el espacio y el tiempo para tener una exacta armonía entre las estaciones de este último y los orientes del espacio.

Como se ve en la figura ella se aplicaba para la división del imperio en provincias, donde en el centro moraba el emperador.

El cuatro era igual a los cuatro vértices del cuadrado; el cinco igual al cuadrado más el centro (4 + 1 = 5) y con la suma de ambos, el nueve, están los tres en el origen del pensamiento chino.

También era fundamental para el calendario, que se articulaba en este diagrama a partir del número nueve como la suma de los cuadrángulos de la totalidad de la figura, e igualmente para los tonos musicales y los cálculos aritméticos y geométricos.

Posterior a esto se produce la numeración en forma de cuadrados mágicos que es la base del llamado Ming-Tang. En todo caso es la unidad suprema T’ai-yi quien dispone el emplazamiento de todo el aparato que se atribuye ora a unos, ora a otros, (existe igualmente una disposición del Ming-Tang efectuada por el rey Wen, ya mencionado como autor de los hexagramas).

Desde hace años y en la actualidad existen numerosísimos dioses chinos a los que se rinde culto y espíritus intermediarios a los que el pueblo se encomienda y que les traen fortuna en esta o alguna cosa, etc., y que, incluso, han sido utilizados por el partido comunista chino con fines propagandísticos (ejem.: los ocho espíritus).