Tótem
Costa del Noroeste de América.
Madera tallada y pintada con incrustaciones
de concha de haliotis
Las representaciones arcaicas de las deidades son llamadas tótems al igual que los fetiches o abalorios de numerosas culturas, tal los indígenas americanos, y hasta el día de hoy ciertos africanos, amén de otras. Las imágenes que llegan a ser tótems están cuajadas de poder, por su propia naturaleza y por los tributos de que han sido objeto de parte de los sabios o chamanes también con poder y la acción de otros hombres de Conocimiento que han alcanzado el mismo rango. De hecho un accidente cósmico puede irradiar en determinados lugares una vibración que hace que se evidencie allí la presencia de lo sagrado. Puede ser un tótem cualquier epifanía o teofanía, incluso las distintas personalidades que acaudillen a los humanos y los lleven por la senda del Conocimiento, tal Jesús, Sócrates, Pitágoras y un largo etc. → Transmisión.
El tótem es una presencia que coagula en una forma, incluso de animal, objeto o cosa, tal el yagé –una planta– lo tiene en la cuenca del Amazonas, o también el pole (poste ritual) de los indios del noroeste de U.S.A. Por él se vive y se muere y forma parte indispensable de nuestro sustento (espiritual). De allí su utilización mágica y los rituales correspondientes a ello.
El tótem es portador de la dualidad de lo sagrado y como tal siempre lleva los dos aspectos de su polarización.