Torbellino
El torbellino es el hermano menor del huracán, o ciclón; pero su alcance puede incluso ser análogo a estos fenómenos atmosféricos en cuanto a sus aspectos destructivos. Efectivamente esas trombas, en su furor, pueden dejarnos sin nada, tanto en sus aspectos físicos como psicológicos, y no hay experiencia más extraña y horrible que esa maldición que desuela el alma –aunque no nos perjudique necesariamente a nivel material–, ya que el estado de duda, o de exaltación, o de tormenta anímica que se produce oyendo aullar el viento, a veces desde los 360 grados del horizonte, nos lleva tanto a decisiones equivocadas, como simplemente a la tontera pues hemos perdido todo tipo de referencias y son capaces de conducirnos a cualquier lado, o de provocar las más tremendas confusiones, sembrando la inseguridad, la duda, o las pasiones más equívocas, en su revuelto remolino del que es tan difícil salir, según es dable comprobar en sus efectos en el aire, o en el mar.
Cuando pasa, todo es nuevo, como lo es después sobrevivir en una tierra arrasada. En ese sentido nada más aliviado que salir de un torbellino, que, al fin y al cabo se lleva todo lo que debía llevarse en el interior del alma del adepto y promueve una nueva creación.
Jinsha, China