Teatro de Títeres
Nos dice Guénon que la simbólica del Teatro equiparada a la vida es de por sí evidente y agrega que particularmente en lo que concierne al teatro de títeres.
Lo cual hace que de inmediato tomemos conciencia de los hilos que nos mueven, en algunos casos de nuestra vida muy evidentes, y que somos títeres en las manos de un gran titiritero.
Se podría decir que estos hilos son casi palpables aunque no sepamos individualizarlos con claridad, ni saber cómo han sido generados en nuestro interior y por qué ello ha sucedido, (sin ir demasiado lejos en cuestiones psicológicas que pudieran perdernos o al menos embrollarnos).
Pero ahí están, y la cuestión es cómo ser uno su propio titiritero, manejar su vida, ser el cochero y no el animal que sólo pone la tracción de modo inconsciente. → Pensamiento.