DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Siete

Es la suma de los tres principios esenciales con el cuatro, primer número de manifestación, en cualquier sentido que se trate, 3 + 4 = 7.

Tres es el número del triángulo (cielo), como el cuatro es el del cuadrado (tierra). Por lo que es el de la totalidad del universo, hombre incluido.

Pensamos que por ese motivo es citado tan abundantemente, comenzando por el Antiguo y Nuevo Testamento.

Pero comencemos primero con su relación con la semana y las cincuenta y dos (5 + 2 = 7) semanas del año. La semana une a su vez el número siete de sus días, al de los planetas igualmente siete: lunes = Luna, martes = Marte, miércoles = Mercurio, jueves = Júpiter, viernes = Venus, sábado = Saturno y finalmente el domingo dedicado al Sol, lo que es fácil advertir en inglés: Sun-day, día del sol.

La figura que representa al hexágono, con el punto central sumado al mismo es la representación del número siete; también el símbolo llamado Estrella de David, o Sello Salomónico conformado por dos triángulos equiláteros, el superior unido de modo indisoluble con el inferior como lo muestra la ilustración. Es la característica propia del septenario, es decir la del senario al que debe agregarse la unidad invisible que se suma a la figura.

Michael Maier, Atalanta fugiens. Emblema VI: «Sembrad vuestro oro en tierra blanca removida».

Como se ve el triángulo inferior es un reflejo del superior al igual que la tierra lo es de los cielos y nos recuerda el aforismo hermético, como es arriba es abajo, o en otro orden, que macro y microcosmos son análogos aunque se encuentre invertido uno con respecto a otro. El cuatro repite la unidad a un plano distinto: 4 = 1 + 2 + 3 + 4 = 10 = 1 + 0 = 1. Con el número siete sucede lo mismo en otro plano: 7 = 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6 + 7 = 28 = 2 + 8 = 10 = 1 + 0 = 1.

En la Tradición Judía se celebra el jubileo, un período significativo de tiempo, cada 50 años que es igual a 7 x 7 = 49 + 1 = 50.

En la Tradición judeocristiana Dios creó el mundo en seis días y el séptimo descansó. Las ciencias antiguas eran siete divididas en el quadrivium y el trivium. En el catolicismo hay siete virtudes sobrenaturales y siete pecados capitales. El candelabro de siete brazos hebreo y las jerarquías angélicas con tres arcángeles (Miguel, Gabriel, Rafael) y cuatro ángeles de base (Anael, Samael, Zacariel, Orifiel) es otro ejemplo de lo mismo. Las fiestas judías duraban siete días, también José le habla al Faraón de siete vacas gordas y siete flacas. Asimismo son siete los altares y siete los carneros que se deben sacrificar en ellos según Números XXII, en fin, que las citas son muchas, como la de los siete Pilares de la Sabiduría de Proverbios IX, 1. Incluso son siete las Pléyades.

En el Apocalipsis del Nuevo Testamento el número siete aparece nutridas veces, al igual que en los Hechos de los Apóstoles.

Pero no es exclusivamente en el judeo-cristianismo donde el siete aparece como una totalidad determinante.

En otra Tradición, la hindú, la Kundalinî despierta recorriendo siete chakras.

Hesíodo, Los Trabajos y los Días, 770-1 (Los Días):

… y el séptimo, día sagrado; pues en él parió Leto a Apolo de espada de oro.

Siete eran los niveles de los zigurats sumerios y siete las cuerdas de la lira de Orfeo, también siete los devas budistas y siete los sabios (rishis) hindúes, igualmente siete los Manús, o sea los gobernantes del cosmos, en dos series de siete.

Como puede advertirse el número de ejemplos es cuantioso y no se trata de enunciar listados más o menos completos, sino tan sólo de señalar la profusa proliferación de este número como muy importante en la simbólica, aunque de hecho todos los números lo son, asunto que hay que tener siempre en cuenta. Se corresponde con la sefirah Netsah.

Se vincula con la carta del Tarot llamada el Carro. «Esta carta nos da la idea de viaje, relacionada con la primera fase del proceso iniciático; se trata de los primeros viajes que nos prepararán para los viajes mayores luego de los cuales el movimiento ha de cesar y se habrá arribado a la región del reposo. No confundir el vehículo con la meta.» (Federico González, El Tarot de los Cabalistas. Vehículo mágico).