Salud
Digámoslo de una vez: nos interesa la salud espiritual. No es cierto que la salud espiritual se proyecte de modo físico necesariamente, ni que lo físico, en términos de salud, tenga algo que ver con la espiritualidad; igualmente incluimos a lo psicológico en lo que llevamos diciendo. De hecho, el iniciado atraviesa una serie de pruebas en el desarrollo de su proceso que pueden expresarse en términos de enfermedad, aparente desorden, o pérdida de salud.
Al punto que se dice que de cuatro sabios que iniciaran su recorrido conjuntamente, sólo uno de ellos arribó con felicidad al mundo de las ideas arquetípicas, mientras que otro sucumbió, el tercero volviose loco y el cuarto se acobardó por la magnitud de esta aventura del Conocimiento y se retiró a cuarteles de invierno.
Como vemos, este no es un tema fácil, con él es imposible frivolizar, o tener burdas opiniones simplistas al respecto. → Nueva Era.