Peregrinaje
El peregrinaje en principio se concibe como una traslación al sitio de lo sagrado. Todos los pueblos han sido peregrinos en uno u otro tiempo. A veces, exilados, despojados de su tierra por otros pueblos, pero la peregrinación en busca de lo sagrado debe considerarse como una exhaustiva procesión venciendo obstáculos, tal como lo fue, en su momento, el Camino a Santiago.
En la actualidad este esfuerzo físico para alcanzar algún objetivo futuro, o cumplir una promesa, igual que para pedir un milagro, suele ser una imagen literal de aquello en lo que se ha convertido ese Camino para algunos y si todo esto se toma de ese modo se ha perdido el tiempo aunque se haya recibido una respuesta emocional al respecto.
Todo musulmán tiene que visitar la Meca por lo menos una vez en su vida, y todo católico también visita Roma en cuanto puede, a lo que se suma la peregrinación a los Santos Lugares.
Algunos poetas suelen comparar a un peregrinaje, como su explicación, al breve lapso de tiempo de la vida humana sobre la tierra.
Las procesiones son cómodos peregrinajes por el interior de la iglesia o la plaza del centro de la ciudad. Sobre todo cuando se efectúa el Vía Crucis en Semana Santa.
… porque ocurre con estos hombres como con las procesiones, que discurren en su parte central incapacitadas para ejecutar algo autónomamente y estorbando a los demás. De modo análogo estos hombres no hacen sino deambular en este mundo como en una procesión… (Textos Herméticos, IV, 7).