Paris (gr.)
Hijo de Príamo y Hécuba, su madre soñó que este hijo iba a efectuar un prodigio con el fuego y destruir una ciudad que resultó ser Troya. Por ello su padre lo alejó del trono, lo abandonó a la intemperie en la montaña y fue criado por pastores que lo recogieron.
Se le daba por muerto en la infancia y un día que Príamo recordando esta desgracia, homenajeaba en su corte este acontecimiento mediante diversos torneos, Paris, encubierto, se presentó a participar y venció a sus hermanos en todas las pruebas a tal punto que uno de ellos se encolerizó y quiso matarlo por lo que Paris se refugió en el templo de Zeus. La profetisa Casandra, su hermana, lo reconoció y fue grande la alegría de su padre, que lo daba por muerto.
Otro importante mito relacionado con este personaje es el célebre juicio de Paris y tiene como protagonistas a Hera, Atenea y Afrodita que disputaban un concurso de belleza, sabiduría y dones decretado por Zeus y organizado por Hermes y del que sorpresivamente Paris era el juez. Nuestro héroe escogió a Afrodita la cual a su vez le entregó a Helena de Esparta, esposa de Menelao de Micenas, hermano de Agamenón, que la recibió en su corte junto con sus hermanos Castor y Pólux. Menelao tuvo que viajar y el apuesto Paris se aprovechó para conquistar con la ayuda de Afrodita a la mujer más bella del mundo.
Pedro P. Rubens, El juicio de Paris, c. 1606
Museo del Prado. Madrid
Finalmente el guerrero Paris tuvo una actuación brillante al matar a Aquiles –guiado por Apolo– de un flechazo en su talón, única parte vulnerable de su cuerpo, antes de morir él a su vez por una flecha envenenada de Filoctetes. El hecho de que Paris haya escogido en su juicio la belleza de Afrodita por encima del poder de Hera y el temple y la inteligencia de Atenea parece ser el origen de sus desventuras y seguramente el fin de Troya y el motivo de que Homero escribiera sus libros.