DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Pardés-Paraíso (hbr.)

El paraíso para las religiones abrahámicas es el paraíso terrenal, en hebreo Pardés y en persa peridaisos, ya que el jardín primigenio y sus árboles son míticos en varias Tradiciones. En ese paraíso existían dos árboles, uno llamado el Árbol del Conocimiento que es el de la Unidad, y otro el de la ciencia del bien y del mal que representa la dualidad de todo lo creado y de donde el ser humano comió un fruto prohibido. Cuatro ríos lo surcaban de modo ortogonal. Su perímetro era circular y se podría decir que era una isla situada en el cielo. En el Génesis se suele señalar al este del paraíso como una región distinta a las otras y se corresponde con el Oriente por donde sale el sol. Fue el habitáculo de Adán, el hombre primigenio, aparentemente andrógino, de cuyo costado se separó, oponiéndosele así, su componente femenino, llamado Eva. Por motivos cíclicos Eva está predestinada al error de comer de aquel fruto y con eso se produce la expulsión de la pareja de ese Edén, donde se recogían los productos de los árboles y se comían las mieses de la tierra y el maná de modo indiscriminado.

Escena musical en el jardín. Miniatura del códice "de Sphaera". Anónimo italiano del s. XV.
Escena musical en el jardín. Miniatura del
códice de Sphaera. Anónimo italiano del s. XV

Obligados al exilio y a vivir y trabajar con el sudor de su frente, desde entonces el hombre ha intentado volver a ese paraíso y lo ha conseguido comiendo del Árbol de la Vida en virtud de las iniciaciones que le han procurado los héroes civilizadores y los salvadores y la gracia del espíritu que sopla donde quiere, y sólo donde quiere. La vuelta al Paraíso es pues un arquetipo de la llegada feliz a la utopía, a lo que éste término verdaderamente significa. Más profundamente es la restitución al Ser primordial, al mítico andrógino esférico de Platón, o sea al arquetipo universal.

La llegada a esa tierra prometida es una etapa muy importante del recorrido iniciático, ligada estrechamente con el sol, como astro rey, que simboliza un estado del alma signado por el abandono y la paz en el señor de ese jardín, a saber: la restitución al hombre verdadero y a un estado intocado de luz y belleza.

En la imaginería popular que confía en el turismo y siente veneración por él, las islas tropicales son fantasmas imaginales de tales dichas, nunca suficientemente alejadas de tormentas sentimentales, robos y huracanes.

2. El Paraíso, símbolo de la conciencia de Unidad y asimismo residencia de la Inmortalidad. Jardín del Edén del cual emanan cuatro ríos marcando las direcciones del espacio. Del próximo Paraíso se dice que no será un jardín, sino una ciudad: la Nueva Jerusalén.

3. El Paraíso es un lugar inaccesible para la gente ordinaria y una de sus características geográficas es su inmunidad frente a los grandes cataclismos cíclicos; en este sentido es análogo a la montaña polar.

Bartolomé Anglico, Livre de la propriété des choses. París, Bibliotèque Nationale. (Ms. Fr. 9140).
Bartolomé Anglico, Livre de la propriété des choses
París, Bibliotèque Nationale. (Ms. Fr. 9140).