Palo Volador
Un pueblo tradicional no sólo da cuenta de su cosmología a través de los mitos creacionales, la iconografía de sus grandes monumentos o los ritos que la dramatizan en sus ceremonias.
Ella está presente en sus danzas, sus representaciones coreográficas, sus desfiles, vestimentas y tejidos, cerámica, etc., y también en sus juegos como fue el caso del patolli, o del juego de pelota, e igualmente en esta exhibición llamada el palo volador efectuado teniendo como centro el eje del mundo.
Códice Magliabecchi, pág. 77
Una famosa danza para la cual se usan flautas (vulgarmente llamada «Danza del Palo», pero cuyo nombre correcto es «Danza de los Voladores») se celebra cada año en Papantla, Veracruz, durante la festividad del Corpus Christi. Aunque ahora únicamente la ejecutan grupos totonacas, otomíes y huaxtecos, originalmente se danzaba en todo México, hasta Nicaragua. Se planta un poste de unos veinticinco metros de alto y en una punta se coloca una plataforma cilíndrica móvil. Se le amarran cuatro cables a esta plataforma para darle vueltas. Cinco hombres, representando los cinco puntos cardinales de la tierra, y que en otros tiempos se vestían de pájaros, trepan por las cuerdas al poste. El jefe del grupo se queda en el centro de la diminuta plataforma, que no tiene más de cuarenta centímetros de diámetro, y toca un tamboril con una mano y una flauta con la otra. Para hacer aún más emocionante la danza baila y gira en la plataforma.
Abajo del poste varios músicos tocan una chirimía y algunos tambores. Los cuatro hombres, en lo alto del poste, se sientan en los palos atravesados que cuelgan de las cuerdas a los lados de la plataforma, amarrándose los extremos sueltos a la cintura. Después levantan los pies y se tiran hacia atrás de los palos. El jefe del grupo permanece en la plataforma mientras ésta gira. Los cables de alrededor del poste están dispuestos en tal forma que la plataforma da vueltas trece veces antes de que los hombres lleguen al suelo. Éstos mueven los brazos como si volaran en el aire, imitando a los pájaros de las cuatro direcciones del mundo, simbolizando el valor del tiempo. De hecho, la totalidad de la danza parece simbolizar el ciclo religioso de cincuenta y dos años del calendario mexicano (al multiplicar trece vueltas por cuatro cuerdas). (Federico A. Peterson, México Antiguo).
Voladores. Códice Fernández Leal