DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Orgía

A muchas personas les llama la atención que siendo la orgía «lo peor que hay» sin embargo haya sido considerada como una fiesta de tipo sagrado, incluso iniciático.

Efectivamente, Dioniso y Baco no hacen sino atestiguar este hecho en los desfiles y festividades, que en el carnaval, un resto fragmentario de aquello, aún subsiste.

La multitud enardecida por la orgía pierde la concepción de la individualidad para fundirse en un todo armónico del cual llegan a pertenecer todos los acólitos de estos ritos que efectuados en ciertas épocas del año, reviven el caos original y las tinieblas que anteceden a la generación y donde se comparte el fervor y la alegría de estas ceremonias, bien llamadas paganas, puesto que éstos no ocultaban los principios que las sustentaban, dando así rienda suelta en esas fechas determinadas a la personalidad, tal cual es y no preocupada por el poder, la ambición, el cálculo y la infamia general de este siglo XXI.

Debe advertirse además que el concepto que se tiene de ella en la actualidad, sólo se refiere a la unión sexual entre personas, más o menos desconocidas, pero con idénticas inclinaciones, donde no está presente en ningún momento lo sagrado, ni ninguna deidad que patrocine estos festejos. Sin embargo no era así en los tiempos antiguos donde la genitalidad (una obsesión del mundo contemporáneo) no estaba necesariamente presente en las fiestas que incluían cantos, chistes, bromas, ornamentaciones, disfraces, bailes y bebidas espirituosas como puede verse en el desfile del que participa Polifilo en su sueño renacentista.

Tema delicado, difícil, que no suele tocarse sin prejuicios y una sensibilidad judeocristiana que se siente culpable, reprimida y tortuosa.

Hetaira, cerámica griega.
Hetaira, cerámica griega

Incluso ante el odio de rabinos y curas, esta forma de ver subsiste aún hoy en la Tradición occidental que, no por estar reprimida, necesariamente ha perdido la libertad y el placer que mediante la descarga sexual necesita la especie humana.

2. Brindo por la tersura del amor, por la juventud sin barreras, por la unión orgiástica con el cosmos invisible. (Federico González, Noche de Brujas. Auto sacramental en dos actos).