Océano
Puede ser una representación de las Aguas Primordiales. El Océano, sin padre, rodea a la tierra haciendo de ella una isla de vagos contornos, aunque puntuales en la representación de sus sitios específicos y muchos de los ríos que la surcaban: para los griegos hablar de éstos era hablar de los hijos de Océano; la tierra así considerada comprendía todas las culturas caldeas, semíticas y las europeas con sus diferencias entre meridionales y nórdicas, y ése era el mundo, con un confín en la misteriosa Asia y la herencia cultural mesopotámica del norte de África, donde estuvieron todos los pueblos posibles.
No se diferencia entonces del Okeanos griego en cuanto se trata de un vórtex natural, de un más allá en el que no existan espacio y tiempo tal como vulgarmente se conocen, o pasado y futuro, ni perpetua movilidad. Vamos hacia lo utópico y valiosísimo, para llegar a asumir la paradoja cotidiana de vivir la inmovilidad mediante el movimiento.
Océano y Tetis, detalle, s. I-II d. C.
Mosaico romano. Museo Gaziantep, Turquía