Luria, Isaac
Francisco Ariza, en Presencia Viva de la Cábala, afirma:
Junto a su maestro Moisés Cordovero, Isaac Luria (1534-1572) es uno de los cabalistas eminentes de la escuela de Safed. De hecho, es en las enseñanzas de ambos donde reside la importancia de esta escuela en el conjunto de la historia de la Cábala, que en esa ciudad del norte de Galilea conoce un nuevo renacer tras la expulsión de los judíos sefarditas, convirtiéndose así (como lo fue Gerona en su tiempo) en el nuevo centro del resurgir vigoroso de la Cábala. En efecto, muchos de esos judíos exiliados de España emigran precisamente hacia Palestina llevando consigo las ideas de su tradición esotérica, cuya gran síntesis, como hemos visto, está contenida en el Sefer ha Zohar, el "Libro del Esplendor", el cual, dicho sea de paso, conocería una enorme popularidad en todos los estamentos del mundo judío justamente tras la expulsión, pues encontraron en él un asidero moral y espiritual donde agarrarse en momentos tan dramáticos, dando cohesión interna a un pueblo que, con la expulsión, de nuevo estaba en la diáspora, como tantas veces a lo largo de su historia. En este sentido, no es por casualidad que sea justamente este libro la fuente principal de la que se nutren los cabalistas de Safed para elaborar nuevas concepciones doctrinales que sustentan y fortifican ese renacer de la Cábala, el cual es contemporáneo con el surgimiento de la Cábala Cristiana en Europa…
En el caso concreto de Isaac Luria, éste tiene conocimiento del Zohar a la temprana edad de diecisiete años al caer en sus manos un manuscrito del mismo, cuando ya era un experto consumado en el Talmud, hasta el punto de que se le conoce un importante comentario sobre él escrito cuando todavía era un niño. Pero lo que nos interesa recalcar es que el encuentro con el Libro del Esplendor determinó en gran parte la vocación de Luria y lo preparó para ser uno de los más grandes cabalistas de todos los tiempos, lo cual ya estaba prefigurado desde su nacimiento, pues cuenta una leyenda que el mismo profeta Elías, el Espíritu del Dios Vivo, estuvo presente en el rito de su circuncisión y desde entonces ya no lo abandonaría jamás. Según testimonios de sus mismos discípulos (entre ellos Moisés Yonah, Yosef Ibn Tabul y Hayim Vital, todos los cuales, pero en especial este último, desempeñarían un papel crucial en la difusión de las enseñanzas de su maestro, ya que éste apenas escribió enseñando la doctrina tan sólo de forma oral), Luria estaba dotado de una extraordinaria intuición para captar las verdades más profundas y vivía enteramente sumergido en el mundo invisible y en el tiempo mítico…