Indra (hindú)
Los treinta y tres devas son presididos por Indra, rey del cielo, según el Vêdânta, y muchos de los himnos del Rig-Vêda le están dirigidos. Vencedor de los asuras y otros genios del mal, logró someterlos.
Indra y su esposa Sachi sobre el elefante Airavata
Amber, Rajastán, c. 1670-1680
Hijo de Kashiapa y Âditi nació en una caverna y fue mantenido en silencio, hasta que bebió el soma, el licor de inmortalidad hindú, análogo a la bebida sagrada de otros pueblos, que le había dado el ave Garuda. Entonces, ante el fulgor de su mirada, cielo y tierra se separaron y pasó él a ocupar el lugar intermedio entre ambos.
Era el amo de Amarâvatî, una ciudad mítica, situada en el Paraíso, donde moraba con la asistencia de las ninfas (apsarâs), que le embriagaban constantemente con el soma, mientras bailaban y entonaban cánticos celestiales. Montaba sobre un elefante que había nacido del mar e iba armado de discos, que habían sido fabricados con el fuego del sol. Constituye la deidad más destacada e importante de los Vêdas.
Indra atendido por las ninfas Apsaras
Razmanama, MS, Escuela de Akbar, 1598
2. (Fuerza, Potencia). Dios de la guerra y uno de los principales, tal vez el más importante, de los panteones brahmánico y védico. Encabeza a los deva, las potencias cósmicas que conforman su ejército. Vive en la cima del monte Meru y posee un carro celeste; su arco de combate es el arco iris y su flecha el rayo (vajra). Es el símbolo de la energía vital que transmite a todos los dioses y al universo entero junto con su esposa Indrâni y se los representa como jóvenes.
Nuestros himnos acarician al bebedor de soma, al vasto, al señor de la fuerza; acarician a Indra, como las vacas a sus terneros. (Rig Veda, III, 41, 5).