DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Fin de los Tiempos

La idea de un fin de ciclo se ha producido siempre y es una tradición presente en diferentes civilizaciones y culturas. Tal vez la forma más notoria en que se ha manifestado esta idea es la de un diluvio del que hablan los egipcios, griegos, hebreos, sumerios, nórdicos y precolombinos. Asimismo es propio de la profecía, aunque no necesariamente el fin esté asociado a las aguas en los distintos Apocalipsis en que se da cuenta de ello. Publicamos algunos de los documentos que hablan de estos hechos. Pero queremos advertir que estamos en medio de un nuevo fin que culminará dentro de muy poco tiempo y, éste, tiene una importancia capital pues se trata del fin de la cuarta edad para la Tradición Hindú (el Kali Yuga), y de:

un cielo y una tierra nuevos.

Señales en el cielo y aflicción de los animales
 
Cristoforo de Predis, Leggendario. Turín, Biblioteca Reale (Ms. Varia 124).

1. Linga Purâna II, 39-40:

Son los más bajos instintos los que estimulan a los hombres del Kali Yuga. Ellos eligen preferentemente ideas falsas. No dudan en perseguir a los sabios. El deseo les atormenta. La negligencia, la enfermedad, el hambre, el miedo se extienden. Habrá graves sequías. Las diferentes regiones de los países se opondrán unas a las otras.

Los libros sagrados ya no se respetarán. Los hombres no tendrán moral, y serán irritables y sectarios. En la edad de Kali se extienden las falsas doctrinas y los escritos engañosos.

Las personas tienen miedo ya que descuidan las reglas enseñadas por los sabios y no efectúan ya más los ritos correctamente.

Muchos perecerán. El número de príncipes y de agricultores disminuirá gradualmente. Las clases obreras quieren atribuirse el poder real y compartir el saber, la comida y los lechos de los antiguos príncipes. La mayor parte de los nuevos jefes es de origen obrero. Ellos perseguirán a los sacerdotes y a los que tengan sabiduría.

Se mata a los fetos y a los héroes. Los obreros quieren desempeñar el papel de intelectuales, los intelectuales el de obreros. Los ladrones se convierten en reyes y los reyes en ladrones. Raras son las mujeres virtuosas. Se extiende la promiscuidad. La estabilidad y el equilibrio de castas y de las edades de la vida desaparecen por todas partes. La tierra no produce casi nada en algunos lugares y produce mucho en otros. Los poderosos se apropian de los bienes públicos y dejan de proteger al pueblo. Sabios de baja cuna son honrados como si fueran brahmanes y entregan a gente que no es digna de ello los peligrosos secretos de las ciencias. Los maestros se envilecen vendiendo su saber. Muchos se refugian en una vida errante. Al final del Yuga el número de mujeres aumenta y disminuye el de los hombres.

Durante la Edad de Kali, el Gran Dios, Shiva, el pacificador azul obscuro y rojo, se revelará a todos bajo un disfraz para restablecer la justicia. Quienes vayan a él se salvarán.

Al final del Yuga, los animales se hacen violentos, el número de vacas disminuye. Los hombres de bien se retiran de la vida pública. En la plaza del mercado se venden alimentos ya cocidos. También los sacramentos y la religión se venden.

La lluvia es errática. Los comerciantes deshonestos. La gente que mendiga o busca empleo cada vez es más numerosa. Nadie deja de emplear un lenguaje grosero, nadie cumple su palabra, todos son envidiosos. Gente sin moral predica a los demás la virtud. Reina la censura. En las ciudades y pueblos se forman asociaciones de criminales. Faltarán el agua y los frutos. Los hombres perderán el sentido de los valores. Tendrán dolores de vientre y llevarán los cabellos en desorden. Al final del Yuga, nacerá gente cuya esperanza de vida no llegará a los dieciséis años. La gente envidiará los vestidos de los demás. Los ladrones robarán a los ladrones. Muchos se volverán letárgicos e inactivos, las enfermedades contagiosas, las ratas y las serpientes atormentarán a los hombres. Hombres sufrientes de hambre y de miedo se encontrarán a orillas del río Kaushiki (el Bengala).

Nadie vivirá ya la normal duración de la vida, que es de cien años. Los ritos perecerán en manos de hombres sin virtudes. Gente que practicará ritos descarriados se extenderá por todas partes. Gente no cualificada estudiará los textos sagrados y se autoproclamará experta. Los hombres se matarán entre sí y matarán también a los niños, las mujeres y las vacas. Los sabios serán condenados a muerte.

Sin embargo, algunos llegarán a la perfección en muy poco tiempo. Excelentes brahmanes seguirán practicando los ritos. (De: A. Daniélou, Shiva y Dionisos).

2. Hermes

Nag Hammadi, VI:

Se preferirán las tinieblas a la luz, y se preferirá la muerte a la vida; nadie levantará al cielo su mirada; sino que el hombre piadoso será tenido por loco, el impío honrado como sabio, el cobarde tomado por valiente y al hombre de bien se le castigará como a un malhechor. En cuanto al alma y a las cosas del alma así como a las de la inmortalidad y al resto de lo que os he dicho, oh Tat, Asclepio y Ammón, no solamente se pensará que (se trata de) cosas ridículas, sino que incluso serán objeto de mofa. Es más, creedme sobre este punto, las (personas espirituales) de esta clase correrán el mayor peligro en cuanto a su vida; y una nueva ley será establecida. […] (y se) ir(án), (las divini)dades bien(hechoras), y los ángeles malvados permanecerán con los hombres, siguiendo con ellos para arrastrarlos al mal con total impudicia y a la impiedad, así como a las guerras y al bandidaje, enseñándoles todo lo que es contra natura. En esos días, la tierra ya no tendrá sus cimientos, y no se navegará más por el mar, ni se conocerán las estrellas que (están) en el cielo. Toda voz santa (que exprese) la palabra de Dios deberá callar, y el aire enfermará. Es ésa la vejez del mundo: la impiedad y la deshonra, y el caso omiso a (toda) palabra de bien.

Ahora, cuando todos estos acontecimientos tienen lugar, oh Asclepio, entonces el Señor, el Padre y el Dios, el Demiurgo del primer Dios único, comienza por observar lo que se ha producido; y, tras haber opuesto al desorden su designio, que es el bien, extirpa el error, y a la malicia, la suprime: unas veces la sumerge bajo un diluvio de agua, otras la consume en un fuego violento, otras en fin la aplasta bajo guerras y epidemias, hasta devolver (su universo al antiguo estado) … de esta obra. Y tal es el nacimiento del mundo, el restablecimiento de las (cosas) santas y buenas, que se producirá en el transcurso de un movimiento circular del tiempo que jamás ha tenido comienzo, pues la voluntad de Dios no tiene principio, como tampoco su naturaleza, que es su voluntad. En efecto, la naturaleza de Dios, (es) la voluntad, y su voluntad, (es) el bien. (Manuscrito del Asclepio copto de Nag Hamadi, VI, 72.8-74.17).

3. Daniel, XII

1 "En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro." 2 "Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno. 3 Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad."

4 "Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del Fin. Muchos andarán errantes acá y allá, y la iniquidad aumentará."

5 Yo, Daniel, miré y vi a otros dos que estaban de pie a una y otra parte del río. 6 Uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: "¿Cuándo será el cumplimiento de estas maravillas?" 7 Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, jurar, levantando al cielo la mano derecha y la izquierda, por Aquel que vive eternamente: "Un tiempo, tiempos y medio tiempo, y todas estas cosas se cumplirán cuando termine el quebrantamiento de la fuerza del Pueblo santo." 8 Yo oí, pero no comprendí. Luego dije: "Señor mío, ¿cuál será la última de estas cosas?" 9 Dijo: "Anda, Daniel, porque estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del Fin. 10 Muchos serán lavados, blanqueados y purgados; los impíos seguirán haciendo el mal; ningún impío comprenderá nada; sólo los sabios comprenderán. Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominación de la desolación: mil doscientos noventa días. Dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y cinco días. Y tú, vete a descansar; te levantarás para recibir tu suerte al Fin de los días."

4. Libro IV de Esdras, Apócrifos del Antiguo Testamento:

a.) Y sucedió que, al tercer día, estaba yo bajo una encina. Y he aquí que una voz salió frente a mí desde una zarza diciéndome:

– ¡Esdras, Esdras!

Y dije:

– Heme aquí, Señor.

Y me puse en pie y me dijo:

– Me revelé abiertamente sobre la zarza, y hablé con Moisés cuando mi pueblo era esclavo en Egipto. Y lo envié, y saqué a mi pueblo de Egipto, y lo traje al monte Sinaí, y lo retuve conmigo muchos días, y le mostré muchas maravillas, y le manifesté los secretos de los tiempos, y el fin de los tiempos, y le mandé diciendo: "Estas palabras harás públicas y estas esconderás". Y ahora te digo: los signos que (te) mostré y los sueños que viste, y las interpretaciones que oíste colócalas en tu corazón, porque tú serás llevado de los hombres y morarás en adelante con mi hijo y con tus semejantes, hasta que se consumen los tiempos. Pues el mundo ha perdido su juventud, y los tiempos se aprestan a envejecer. En efecto, el mundo está dividido en doce partes y ya han pasado la novena y la mitad de la décima. Quedan pues solamente dos, además de la mitad de la décima.

Ahora, pues, dispón de tu casa, amonesta a tu pueblo y consuela a los humildes entre ellos y renuncia ya a esta vida de corrupción, arroja de ti los pensamientos mortales y aleja de ti las cargas humanas, despójate ya de la naturaleza enferma, deja de un lado los pensamientos que te son molestísimos y apresúrate a emigrar de estos malos tiempos. Pues vendrán males mayores que los que ahora has visto acontecer. En efecto, cuanto más inválido se hace el mundo por la vejez, tanto más se multiplicarán los males sobre los habitantes de la tierra. Pues se alejó la verdad y se acercó la mentira, porque ya se apresura a venir el águila que viste en la visión.

b.) "(…) Así como tú hagas a mis elegidos", dice el Señor, "así te hará Dios y te entregará al mal. Y tus hijos morirán de hambre y tú caerás a espada y tus ciudades serán destruidas y todos los tuyos caerán a espada en el campo. Y los que están en los montes perecerán de hambre y comerán sus carnes y beberán su sangre a causa del hambre de pan y de la sed de agua. Vendrás, desgraciada, a través de los mares y recibirás de nuevo males. Y en el camino toparán con una ciudad muerta, y quebrantarán alguna porción de tu tierra y exterminarán parte de tu gloria, volviendo, de nuevo a la Babilonia destruida, y serás derruida por la paja y ellos serán fuego para ti.

"Y te devorarán a ti y a tus ciudades, a tu tierra y a tus montes, todas tus selvas y quemarán los árboles frutales al fuego. Llevarán a tus hijos cautivos y tendrán tu censo como presa y exterminarán la gloria de tu rostro".

¡Ay de ti Babilonia y Asia! ¡Ay de ti Egipto y Siria! Ceñíos de sacos y cilicios y llorad a vuestros hijos y haced duelo: porque se acerca vuestra destrucción. Ha sido enviada la espada a vosotros y ¿quién la retirará? Ha sido enviado el fuego a vosotros y ¿quién lo extinguirá? Han sido enviados males a vosotros y ¿quién los rechazará? ¿Acaso puede alguien repeler a un león hambriento en la selva o apagar el fuego en la gavilla una vez que haya empezado a arder? ¿Acaso rechazará alguien una saeta lanzada por un fuerte arquero? El Señor fuerte mandó los males y ¿quién hay que pueda rechazarlos? Salió fuego de su ira y ¿quién hay que pueda extinguirlo? Relampagueó y ¿quién no temerá?; tronará ¿y quién no tendrá pavor? El Señor amenazará ¿y quién no se sentirá quebrantado ante su rostro? Tembló la tierra y sus fundamentos, el mar se remueve desde lo profundo y sus olas se ven conturbadas y los peces (se conmueven) por el rostro del Señor y por la gloria de su poder. Porque es fuerte la diestra del que tiende el arco; son agudas las saetas que son enviadas por él, no fallarán cuando comiencen a ser enviadas a los extremos de la tierra. He aquí que son enviados los males y no vuelven hasta que vengan sobre la tierra. El fuego se enciende y no es extinguido hasta que consuma los fundamentos de la tierra. De la misma manera que no vuelve una saeta enviada por un fuerte arquero, así no volverán los males que han sido enviados a la tierra.

¡Ay de mí, ay de mí! ¿Quién me liberará en aquellos días? Comienzo de los dolores y gemidos muchos; comienzo del hambre y muertes muchas; comienzo de guerras y temblarán los poderes; comienzo de los males y temblarán todos. ¿Qué haré entonces cuando vengan los males? He aquí que el hambre y el castigo, la tribulación, la angustia, han sido enviados como castigos para la enmienda. Y a pesar de todo no se convertirán de sus iniquidades ni se acordarán siempre de los castigos.

He aquí que Annona será vil sobre la tierra de tal manera que crean que la paz ha sido dirigida para sí, y entonces germinarán los males sobre la tierra, la espada, el hambre y gran confusión. Pues morirán de hambre muchos que habitan la tierra, y la espada devorará a los que hayan quedado ilesos del hambre. Y los muertos serán arrojados con estiércol y no habrá quien los lamente. Pues se quedará la tierra desierta y sus ciudades serán demolidas. No será dejado quien cultive la tierra o quien la siembre.

Los árboles darán frutos ¿y quién los recolectará? La uva será madura y ¿quién la pisará? Pues habrá gran desolación en el lugar. Deseará un hombre hacer oír su voz a (otro) hombre. Serán dejados diez de la ciudad y dos del campo que se hubieren escondido en densos bosques y en agujeros de las piedras. De la misma manera que quedan en un olivar en cada uno de los árboles tres o cuatro olivas. O así como en una viña vendimiada quedan racimos para aquellos que examinan con diligencia la viña, así se dejarán en aquellos días tres o cuatro por parte de los que examinan sus casas con espada. Y se dejará desierto el suelo y sus campos se harán viejos, y sus caminos y todas sus sendas germinarán espinas, porque no pasarán hombres sobre ellas. Llorarán las vírgenes que no tienen esposos: llorarán las mujeres que no tienen maridos, llorarán sus hijas que no tienen ayuda. Sus esposos se consumirán en la guerra y sus varones se consumirán por el hambre.

Oíd, pues, estas cosas y conocedlas, siervos del Señor. He aquí la palabra del Señor: recibidla. No dejéis de creer en las cosas que dice el Señor. "He aquí que se acercan los males y no tardan. De la misma manera que la embarazada, cuando da a luz a su hijo al mes noveno, acercándose la hora de su parto, dos o tres horas antes los dolores rodean su vientre y no cejarán ni un solo momento hasta que salga el infante del vientre, así no tardarán los males en salir sobre la tierra; el mundo gemirá y los dolores lo rodearán".

5. Mateo XXIV, 1-27

1 Salió Jesús del Templo y, cuando se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones del Templo. 2 Pero él les respondió: "¿Veis todo esto? Yo os aseguro: no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derruida." 3 Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él en privado sus discípulos, y le dijeron: "Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo."

Jesucrito anunciando las señales del Fin de los tiempos
 
«Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas» (Lucas 21, 25).
C de Predis, Leggendario. Turín, Bibl. Reale (Ms. Varia 124)

4 Jesús les respondió: "Mirad que no os engañe nadie. 5 Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: 'Yo soy el Cristo', y engañarán a muchos. 6 Oiréis también hablar de guerras y de rumores de guerras. ¡Cuidado, no os alarméis! Porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin. 7 Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos. 8 Todo esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento."

9 "Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. 10 Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán mutuamente. 11 Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos. 12 Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará. 13 Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará."

14 "Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin. 15 Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea, que entienda), 16 entonces, los que estén en Judea huyan a los montes; 17 el que esté en el terrado, no baje a recoger las cosas de su casa; 18 y el que esté en el campo, no regrese en busca de su manto. 19 ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! 20 Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en día de sábado. 21 Porque habrá entonces una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo hasta el presente ni volverá a haberla. 22 Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en atención a los elegidos se abreviarán aquellos días."

23 "Entonces, si alguno os dice: 'Mirad, el Cristo está aquí o allí', no lo creáis. 24 Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. 25 ¡Mirad que os lo he predicho!"

26 "Así que si os dicen: 'Está en el desierto', no salgáis; 'Está en los aposentos', no lo creáis. 27 Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre."

6. Profecía llamada de las Flores en un Katún 11 Ahau

El 11 Ahau será el tiempo del poder de Ah Bolon Dzacab, El-Nueve-fecundador, el sabio. El doblez de la vuelta del katun será cuando se manifieste el lugar de su carga, que será de nueve medidas. El día cuatro Kan, Piedra-preciosa, ligará su carga terminándola. Cuando baje, del Corazón del Cielo sacará su consagración, su nueva vida, su renacer; bajará a su acicalada casa con Bolon Mayel, Nueve-perfumado. Dulces son sus bocas, dulces las puntas de sus lenguas y dulces tienen los sesos estos dos grandes y nefastos murciélagos que vienen a chupar la miel de las Flores: la roja de hondo cáliz, la blanca de hondo cáliz, la oscura de hondo cáliz, la amarilla de hondo cáliz, la inclinada, la vuelta hacia arriba, el capullo, la marchita, la campánula recostada de lado, la mordisqueada del cacao, la pegajosa flor de pedernal, la flor de hueso, la Macuilxúchitl, cinco-flores, la de corazón colorido, la Ixlaul, flor de laurel, la flor de pie torcido; a todas éstas vinieron los Ah Con Mayeles, Los-ofrecedores-de-perfume.

Las madres de las flores serán olidas por el Ah Kin, Sacerdote-del-culto-solar, por el Ahau, Señor-príncipe, por el Holcan, Soldado, por el Halach Uinic, Jefe. Tal será la carga del katun florido cuando venga. "Pero no habrá otro, ya no se verá otro", dijo. No traerá pan en su carga el katun florido sino flores de cizaña por el pecado cometido por Bolon Tiku, Nueve-deidad. A tres años aún no llegará la presencia del dios infernal Bolon Dzacab, Nueve-fecundador, cuando se manifestará en las flores Pizlímtec (Pilzintecuhtli) el infante inmaturo, cuando se disfrace de colibrí y venga a chupar la miel de la flor de nueve pétalos, de la flor de nueve corazones. Entonces querrá marido la flor marchita cuando le arranquen el corazón.

De cuatro pétalos será el cáliz de las flores cuando tengan asentada en su centro la presencia del Ah Kin Xocbil Tun, Sacerdote-del-culto-solar, Xocbil Tun, Piedra-preciosa-que-se-cuenta, cuando tenga la presencia de Oxlahun Tiku, Trece-deidad, cuando vean cómo baja el pecado hacia la Estera, cuando hasta allí llegue el poder de la Flor de Mayo. De Flor de Mayo será la Estera, de Flor de Mayo el Trono, de Flor de Mayo la sustancia. De envidia será su asiento, de envidia será su caminar, de envidia será su plato, de envidia su jícara, de envidia su corazón, de envidia será su entendimiento, de envidia su pensamiento, de envidia su boca. Desvariado de lascivia será el poder en su época cuando pida a gritos su comida y su bebida, cuando por la comisura de la boca coma su sustento que estará sobre los dedos de sus pies mientras mordido tenga el palo y sostenga la piedra. Grande será la lascivia durante la presencia de Lahun Chaan, Diez-Poderoso. De pecado será su rostro, de pecado su entendimiento, de pecado su palabra, de pecado su enseñanza durante su presencia de pecado su caminar; porque tuvo vendados los ojos su presencia; peligrosa será su situación en la Estera durante su imperio porque se olvidará de su madre, se olvidará de su padre, y querrá ignorar al padre que lo ha engendrado y querrá ignorar a la madre que lo ha parido; olvidadiza será su voluntad y tendrá orfandad que ofenderá a su padre y querrá ir en orfandad de madre. Como de borracho serán sus señales porque perderá el entendimiento ante su madre y ante su padre y será falto de virtud, y de bondad despojado estará su corazón y sólo un poco de bondad tendrá en la punta de la lengua. Ignorará cómo va a acabar e ignorará lo que habrá al final de su época cuando sea el término del tiempo de su poder, cuando pesadamente cargue su limosna Balan Tiku, Nueve-deidad, Uuc Satay, Siete-Muerte, cuando pierda su ánimo y espíritu y sea degollado después que él mismo se haya ahorcado. Pecadora será la palabra del Ah Bobat, Profeta, pecador será el Ah Kin, Sacerdote-del-culto-solar, pecador el Ahau, Señor-príncipe, pecador el Holcan, Guerrero.

Terminará su poder embrocando los escudos y colocando las lanzas con la punta para abajo. De diez pétalos será la enemistad que se levante. Pero no sabrán lo que viene al final del poder del katun: Holcanes, Guerreros, que cuando lleguen, colgada traerán del brazo a Ix Tab, La-de-la-cuerda. Entonces no estará vendado el rostro del katun sino que pondrán sus pechos para ser alanceados por los de la Flor de Mayo y morirán por los Ah Kines, Sacerdotes-del-culto-solar, los sabios, en compañía de los Ahaues, Señores Príncipes, y de los Holcanes, Guerreros. Este mensaje sale en otro katun en el noveno año tun en cuyo tiempo se establecerán Batabes, Los-del-hacha, y Ahaues, Señores-príncipes, hijos de Ah Kinchil Cobá, El-Chachalaca-de-rostro-solar y de Am Miscit, El-barredor, por el poder de Oxlahun Tiku, Trece-deidad, antes de que transcurran, según mi entender, tres dobleces, vueltas, duraciones de hombre sobre la tierra.

En la tercera vuelta del katun será el tiempo de escalar las montañas por la sequía y los grandes padecimientos del hijo del gran Itzá, Brujo-del-agua. Pero no acabarán por completo el tiempo de la Flor de Mayo y los hombres de la Flor de Mayo dentro del cristianismo. (El libro de los Libros de Chilam Balam, trad. Alfredo Barrera Vásquez y Silvia Rendón).

A continuación queremos agregar siguiendo la misma línea parte de un artículo sobre el tema publicado por Guillermo García Ferreira en la revista Symbolos que dirijo. Edades Apocalipsis.

"Hesíodo y la índole del tiempo en el final del ciclo"

La mera intención de las siguientes líneas consiste en echar alguna luz sobre una enigmática expresión vertida por Hesíodo en Trabajos y días, más precisamente en el inicio del tramo final del denominado "Mito de las Edades". Motivo de perplejidad y encontradas interpretaciones por parte de los eruditos, dicha declaración viene a caracterizar a la perfección, apelando a la síntesis y contundencia significativa propias de las imágenes genuinamente simbólicas, el estado de cosas imperante al final de cualquier ciclo cósmico, en este caso puntual, el de la actual humanidad.

Es de notar que cuando Hesíodo habla de los estadios finales de la Edad de Hierro, la última y peor etapa de la manifestación cíclica en su conjunto, adopta para su relato el tiempo futuro. Va de suyo que no podría hacerlo de otra manera, hallándose como se halla, en tanto relator, situado en el mismo período aunque en una fase mucho menos avanzada; no obstante, ese simple hecho confiere al fragmento un invalorable "espesor profético" acerca de uno de los signos –acaso el más relevante– de los muchos que habrán de caracterizar el "fin de los tiempos".

Concretamente, el griego escribe que "Zeus destruirá igualmente esta estirpe de hombres de voz articulada, cuando al nacer sean de blancas sienes" [Trabajos y días, 180]. Precisamente es esta última referencia la que tan encontradas interpretaciones ha padecido (¡hasta se la llegó a vincular con hipotéticas noticias recabadas por este poeta acerca del color claro del cabello de los niños celtas!). En primer lugar y a propósito de esa manera tan singular de prefigurar los sucesos, cabe subrayar que, a fin de evitar esas apetencias de "cálculo" a las que son tan afectos los profanos, toda genuina profecía pareciera rechazar de plano cualquier intento de "datación" temporal más o menos exacta acerca de aquellos eventos que anuncia. Actitud, no casualmente, del todo opuesta a la obsesión típicamente moderna por las "fechas"; hecho este último que, por lo demás, no responde a otra cosa que a una marcada preeminencia de lo cuantitativo en la concepción del devenir temporal.

No obstante, para quien se halle medianamente familiarizado con los modos propios de la representación simbólica, de la cual los mitos vienen a ser su manifestación eminentemente verbal, la mención no encierra en sí misma ningún enigma. En efecto, Hesíodo señala con sumo rigor que el fin de nuestro mundo tendrá lugar justamente cuando los hombres "al nacer sean de blancas sienes". Y ello está indicando una singularísima relación entre el transcurrir del tiempo, por un lado, y la duración de la vida humana, por otro. Bien mirada, la situación del hombre de las postrimerías será, a este respecto, plenamente opuesta a la de aquellos que habitaron la tierra en la Edad de Oro, cuando "no se cernía sobre ellos la vejez despreciable" y "morían como sumidos en un sueño" [Trabajos…, 110-115]. Por otro lado, cabe contraponer también la "comprimida" situación vital de esos paradójicos "ancianos recién nacidos" con el dilatado tiempo de vida de los patriarcas antediluvianos de la Tradición Hebrea.

Y precisamente el "dato" tradicional del que Hesíodo se hace eco básicamente apunta a describir de manera cabal la condición del tiempo en el final de todo ciclo humano, esto es, su creciente aceleración o, mejor expresado, su progresiva compresión merced al paulatino predominio del polo cuantitativo de la manifestación por sobre el cualitativo. (…).