DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Éxtasis

Se suele mencionar al éxtasis o a lo extático como el estado en que culmina cualquier proceso místico, es decir el summum de lo religioso o aún el fin de cualquier ceremonia chamánica. Para lo cual el sacrificio permanente de la carne, el ayuno y la oración son los medios indicados –o imprescindibles para su obtención, silencio incluido.

Se piensa que esta unión donde la criatura percibe en forma directa a su creador, identificándose con él –desde Santa Teresa o el sujeto de una "vision quest"– es el colmo de la experiencia "religiosa". Incluso autores universitarios serios que tratan del tema hablan de la "experiencia extática" como la coronación del proceso de Conocimiento, o el grado más alto a obtener como gratificación a una búsqueda que siguen llamando religiosa.

Sin embargo, desde un punto de vista iniciático, o sea metafísico, esa experiencia está vinculada al Ser –que es el que siente ese estado– y nunca al No-Ser y menos aún a la Suprema Identidad, donde cualquier sensación es abolida por la propia naturaleza de lo conocido, que no se expresa por la afirmación de nada y tampoco por cualquier negación de lo afirmado.

De hecho la iniciación no culmina en esto o aquello, porque el ámbito donde se produce no está sujeto a ninguna determinación de la naturaleza que ésta fuere y la presencia permanente de la deidad es el secreto vital de su total abandono en el silencio siempre primordial.

Empero esos estados extáticos también son propios de una etapa de la iniciación, aunque no imprescindibles, y pueden darse con distinta intensidad y jamás podrían culminar en el Conocimiento de una realidad que no tiene ni comienzo ni fin.

Nada que ver con un (¡por fin!) rapto de los dioses.

En griego significa enajenación, confusión, inquietud, igual en el hebreo. Asimismo son estados provocados por la admiración y el espanto, o arrobamiento de los sentidos.