Conjunción-Oposición
Se llama así a la unión de dos opuestos ya que han de tener algún punto en común tal cual el ideograma yin-yang, que tiene un punto yin en el yang, y a la inversa un punto yang en el yin, para poder oponerse.
Este símbolo muy divulgado hoy en el mundo es un exponente típico de esta idea y configura él mismo, en su proyección tridimensional, dos escalas que se desarrollan en paralelo alrededor de un mismo eje sin llegar a friccionarse, o sea, sin confundirse. Es también la inmensa grandeza del Tao que lo abarca todo, dos energías distintas que constituyen el universo y cuya unión ha dado lugar a todas las cosas. Idénticas a las dos columnas del Árbol Sefirótico.
Denis Molinier, Alchemie de Flamel, manuscrito,
1772-1773. París, Bibliothèque Nationale.
Este término (conjunctio-oppositorum) fue acuñado durante el Renacimiento para explicar la unión de los contrarios, el matrimonio alquímico del mercurio (femenino) con el azufre (masculino), o energías activas y pasivas, positivas y negativas, expansivas y contractivas. Lo que antecederá, lógicamente, al nacimiento del Niño Alquímico. → Boda.
Johann Daniel Mylius, Philosophia Reformata, Frankfurt 1622.