Ciudades y Centros Sagrados
15. Rishikesh (hindú)
Una de las ciudades sagradas a la vera del Ganges en su parte alta. Popular lugar de peregrinaje de naturales y extranjeros, algunos de paso hacia otros sitios venerados. Hemos visto cuevas de anacoretas shivaítas, y muchos de ellos han despertado nuestro respeto y no dudamos sean sadus auténticos. Hay también allí una escuela de Hatha Yoga de un gurú del sur de la India cuyas enseñanzas se dicen basadas en los Vêdas, llamado Shivânanda. Y cuando la visitamos en 1980 nos pareció muy poco metafísica. En esa misma ciudad un bus repleto de jóvenes europeos y norteamericanos disfrazados de monjes y totalmente iluminados por luz interior –y eléctrica– recorría toda la noche Rishikesh provocando la polución auditiva más severa de cuantas hemos conocido con monótonos y desentonados sones de tamboriles y panderetas multibulliciosas. Finalmente la foto de un gurú emergiendo desde el centro de rayos que se alargaban hasta los límites de la circunferencia nos salió al paso. A la mañana siguiente no dudamos en reconocerlo de inmediato: era el mismo que acabábamos de ver subido a una tarima mientras un batallón de hippies pasaban con propósitos higiénicos y sobre todo purificadores unas hojas enormes, como escobas, y que al pretender barrer las impurezas, sin embargo levantaban un polvo espeso que, sin más, se nos pegó en los bronquios.
Mientras nos retirábamos apresuradamente un cartel llamó nuestra atención:
Vea la maravilla de la piedra flotante.
Nos acercamos a un pequeño estanque y allí flotaba –impávida– una piedra pómez.