Ciudad Celeste
La ciudad celeste es un espacio al que todo habitante del mundo puede llegar, aunque se hace muy difícil el acceso, sobre todo en estos tiempos acelerados en que nos ha tocado vivir.
También se dice que tiene tantas entradas como hombres hay en el mundo significando la misma idea.
De más está decir que la ciudad celeste es un lugar real y tangible, aunque la frase se utilice en un tiempo otro y en un espacio de dimensión imposible geométricamente. Es decir, que no es computable ni visible sino al ojo del corazón, y en donde viven los ancestros. Allí la pasamos a nuestras anchas, podemos leer a gusto todos los libros, pasearnos desnudos entre innumerables hembras cuya función consistiría en embellecer a un solo pubis, guardián de lo arquetípico, que se nos abre poderoso. Tal cual comparan al más allá en varios esoterismos y religiones.
Es la constante conjunción de opuestos la que alegra el corazón y dispara la mente hacia lo que No Es y no será por siempre jamás.
Ser un habitante de esta ciudad es un privilegio del que muy pocos gozan, pero a lo largo del tiempo suman miles y aún decenas de miles quienes la conocen.
Tarot Visconti-Sforza, mitad s. XV.
Es la mejor nave para navegar el cielo de lo siempre presente, es el antro de las ninfas, o sea, la caverna del corazón.
Una exquisita fragancia acompaña a estos seres que intentan comunicarse con el exterior en vano, pese a que se da la paradoja de que para ellos todo es posible.
Marsilio Ficino la llamaba,
la Altísima Ciudadela de la Bienaventuranza Celeste.
Todas las Tradiciones han conocido, bajo otros nombres, esta idea del otro mundo a la que apodaban: "Ciudad de los Inmortales", "Ciudad de Dios", "Tierra de los Vivos", "Tierra de los Bienaventurados", Colegio Invisible, o Iglesia Secreta, Olimpo o Elíseos, Jerusalén Celeste, etc., las utopías de todo el mundo como testimonio de que puede arribarse a ese sitio. Allí moran los dioses y los inmortales, o sea, los que han realizado la unión última entre el Ser Universal y lo que No-Es, aceptando el mundo tal como es, y su ignorancia propia de ese mismo mundo a la par que su condición. Lo cierto es que al lugar se lo presenta siempre como lo mejor que hay, un tesoro entre tesoros y esto, curiosamente, lo han hecho todos los pueblos.
Indra, rey de los dioses en el Rig Veda, en los cielos atendido por las Apsaras,
bellas ninfas expertas en el arte de amar. Razmanama, MS, Escuela de Akbar, 1598
Algunas Tradiciones la han colocado después de la muerte y se preparaban para ella a lo largo de su vida, tal los egipcios que aguardaban la barca que había construido toda su civilización alrededor de ese viaje. O sea, el juicio de las almas, en el que también creía Platón y tantos otros.
Y el que presidía el rito era nada menos que el dios Thot, o sea Hermes, quien había inventado tanto la música como el lenguaje, de hecho era el patrón de la escritura y de los autores que la escribían o burilaban en sus templos.
2. Libro IV de Esdras, Apócrifos del Antiguo Testamento.
Pues para vosotros se ha abierto el paraíso, ha sido plantado el árbol de la vida, ha sido preparado el tiempo futuro, ha sido dispuesta la abundancia, ha sido edificada la ciudad, ha sido concedido el reposo, ha sido consumada la bondad, y ha sido cumplida la sabiduría, ha sido sellada la raíz para vosotros, ha sido extinguida de entre vosotros la enfermedad, ha sido escondida, ha huido el infierno y la corrupción ha sido olvidada, han pasado los dolores, y ha sido mostrado al final el tesoro de la inmortalidad.
No sigas, pues, inquiriendo acerca de la muchedumbre de los que perecen. Pues ellos, habiendo recibido la libertad, despreciaron al Altísimo, menospreciaron su ley y abandonaron sus caminos. Más aún, pisotearon a sus justos, y dijeron en su corazón "No hay Dios", y esto sabiendo que habían de morir. Así como las cosas predichas os esperan (a los justos), así para ellos (los malvados) están preparados la sed y los tormentos, pues aunque el Altísimo no quiera que los hombres se pierdan, ellos, sin embargo, siendo como habían sido creados, ultrajaron el nombre del que los había creado y fueron ingratos para con el que les había preparado la vida. Por lo cual mi juicio se aproxima. Todo esto no lo he mostrado a todos, sino solamente a ti y a los pocos que son semejantes a ti.
Y respondí y dije:
– He aquí, Señor, que me has mostrado la muchedumbre de signos que comenzarás a hacer en los últimos tiempos, pero no me has mostrado en qué tiempo (será).
Y me respondió:
– Calcula tú por ti mismo la medida. Y sucederá que, cuando veas que ha pasado cierta parte de los signos que han sido predichos, entenderás que ése es el tiempo en el que el Altísimo comenzará a visitar el mundo que ha sido hecho por él. (Y) cuando se vea en el mundo movimiento de lugares, turbación de pueblos, maquinaciones de las gentes, inestabilidad de los gobernantes, turbación de los príncipes, entonces comprenderás que el Altísimo, había hablado de estas cosas desde los días que fueron desde el principio. Pues así como todo lo que ha sido hecho en el mundo tiene comienzo, de la misma manera también tiene consumación y la consumación (es) manifiesta. Así son los tiempos del Altísimo: los comienzos se manifiestan en prodigios y milagros, y la consumación, en hechos y en signos. Y sucederá que todo el que se salvare y pueda escapar por sus obras o por la fe mediante la cual creyó, este tal será librado de los peligros predichos y verá mi salvación en mi tierra y en mis confines que santifiqué desde la eternidad. Entonces se admirarán los que ahora se han apartado de mis caminos y morarán en tormentos los que los despreciaron. Pues todos los que, habiendo recibido (mis) beneficios mientras vivían, no me reconocieron y cuantos menospreciaron mi ley cuando aún tenían libertad y, cuando todavía estaba abierto el lugar para la penitencia, no fueron inteligentes sino despreciadores, estos tales conviene que después de la muerte (me) reconozcan en el tormento. Tú, pues, no quieras ser curioso sobre cómo serán atormentados los impíos, sino interésate sobre cómo se salvarán los justos, de quienes es el mundo y por quienes (ha sido creado) el mundo y ¿cuándo?
F. Guamán Poma de Ayala, Nueva Crónica y Buen Gobierno, 1612-15.