Cazador
Tanto el hombre como los animales carnívoros precisan de la caza para la subsistencia. Esta necesidad hace del ser humano un cazador por la persecución de animales ya sea por la violencia de eliminarlos de alguna manera o poniendo trampas para acorralarlos y posteriormente extinguirlos. Los nómades eran cazadores y recolectores, mientras que los hombres en un estado posterior se transformaron en sedentarios y con el tiempo en habitantes de las casas (supliendo a las grutas en las montañas) que ellos mismos construyeron en parajes donde la tierra era especialmente apta para ello, lo cual está íntimamente ligado con la agricultura o cultura del agro. La disposición de las casas o formación de los burgos donde se agruparon en un paraje apropiado, generalmente a la orilla de un río, conformó posteriormente los pueblos y ciudades propios de los sedentarios, que ya no tuvieron que seguir a través de sitios precisos su marcha para calmar su hambre y defenderse de los elementos de la naturaleza, así como de los animales feroces, pues era más fácil protegerse de ellos juntos que aislados. → Caín.
Cazadores. Teodoro De Bry, América, 1528-1598