DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Atlántida

Casi todos los mitos y referencias a la isla Atlántida tienen por base los relatos de Platón en el Timeo y en el Critias, los que a su turno emanan de Egipto. En el Timeo 24e-25b, el divino Platón anota concisamente:

En efecto, nuestros escritos refieren cómo vuestra ciudad detuvo en una ocasión la marcha insolente de un gran imperio, que avanzaba del exterior, desde el Océano Atlántico, sobre toda Europa y Asia. En aquella época, se podía atravesar aquel océano dado que había una isla delante de la desembocadura que vosotros, así decís, llamáis columnas de Heracles. Esta isla era mayor que Libia y Asia juntas y de ella los de entonces podían pasar a las otras islas y de las islas a toda la tierra firme que se encontraba frente a ellas y rodeaba el océano auténtico, puesto que lo que quedaba dentro de la desembocadura que mencionamos parecía una bahía con un ingreso estrecho. En realidad, era mar y la región que lo rodeaba totalmente podría ser llamada con absoluta corrección tierra firme. En dicha isla, Atlántida, había surgido una confederación de reyes grande y maravillosa que gobernaba sobre ella y muchas otras islas, así como partes de la tierra firme. En este continente, dominaban también los pueblos de Libia, hasta Egipto, y Europa hasta Tirrenia.

Y a continuación (25c-d) agrega:

… Posteriormente, tras un violento terremoto y un diluvio extraordinario, en un día y una noche terribles, la clase guerrera vuestra se hundió toda a la vez bajo la tierra y la isla de Atlántida desapareció de la misma manera, hundiéndose en el mar.

Sin embargo en el Critias ha contado de modo casi exhaustivo la geografía y la grandeza de esta isla privilegiada hasta que desaparece por el mal uso que sus ciudadanos acaban haciendo de sus instituciones y aún de la vida que realizan, tanto de modo social como individual, que ya anunciaba el fin por la degradación de usos y costumbres cuya causa era el olvido e ignorancia de sus habitantes, petrificados en su pequeño ensueño de engaño y traición.

Es tan prolijo el relato del trazado de esta ciudad, que otros muchos autores han realizado dibujos y planos minuciosos de su conformación.

Distribución estructural de la capital de la Atlántida según Platón

Esqueema de la la capital de la Atlántida según Platón.
La capital de la Atlántida de acuerdo a Platón.
Según el estudioso Luis Cervera Vera. De Arquitecturas descritas,
arquitecturas pintadas
, Juan A. Ramírez.

Y finalmente dando otra imagen utópica de la ciudad del cielo sobre la tierra:

… la isla divina, que estaba entonces bajo el sol, producía todas estas cosas bellas y admirables y en una cantidad ilimitada. Como recibían todas esas cosas de la tierra, construyeron los templos, los palacios reales, los puertos, los astilleros y todo el resto de la región. (Critias, 115b-c).

Y acabando aquí el Critias:

Mas cuando se agotó en ellos la parte divina porque se había mezclado muchas veces con muchos mortales y predominó el carácter humano, ya no pudieron soportar las circunstancias que los rodeaban y se pervirtieron; y al que los podía observar les parecían desvergonzados, ya que habían destruido lo más bello de entre lo más valioso, y los que no pudieron observar la vida verdadera respecto de la felicidad, creían entonces que eran los más perfectos y felices, porque estaban llenos de injusta soberbia y de poder. El dios de dioses Zeus, que reina por medio de leyes, puesto que puede ver tales cosas, se dio cuenta de que una estirpe buena estaba dispuesta de manera indigna y decidió aplicarles un castigo para que se hicieran más ordenados y alcanzaran la prudencia. Reunió a todos los dioses en su mansión más importante, la que, instalada en el centro del universo, tiene vista a todo lo que participa de la generación y, tras reunirlos, dijo… (121b-c).

No nos ha quedado la opinión de su discípulo Aristóteles sobre este texto (que hoy podría ser tildado de ciencia ficción si no fuera avalado por la autoridad del filósofo), y en verdad, nos la preguntamos con el mejor de los ánimos.