DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Atenea - Palas Atenea (gr.)

Atenea saliendo de la cabeza de Zeus. (Ánfora de figuras negras). Ático, s. V a. C. Cerámica. Museo del Louvre, París.
Atenea saliendo de la cabeza de Zeus.
(Ánfora de figuras negras). Ático, s. V a. C.
Cerámica. Museo del Louvre, París

Hera y Atenea eran, en ese orden, las diosas más importantes de la Tradición Griega. Aunque diosa prehelénica, es la protectora de la ciudad y su pueblo.

De características bisexuales no sólo era protectora sino al mismo tiempo destructora. Guerrera y pacífica, era empero, prudente.

Está relacionada con el agua y es virgen aunque es llamada madre en diferentes lugares. Es la contraparte femenina de Ares-Marte a quien vence con su lanza, en su faz guerrera y en su aspecto estratégico. Los artesanos se sentían amparados por ella por lo que se la reconoce como la introductora del tejido y la invención de la flauta, el arado, el yugo, el carro, la brida, el barco (carpintería) y la cerámica. Igualmente las artes culinarias. Hefesto derramó en tierra al tratar de violarla y de allí nació Erictonio, hombre y serpiente, que ella tomó a su cargo con la generosidad que la caracterizaba. Participó en la guerra de Troya (ver Homero, Ilíada I, 199 y siguientes).

Atenea con lechuza. Bronce, Grecia
Atenea con lechuza
Bronce, Grecia

A Palas se la suele asociar con el alma humana y particularmente con la Inteligencia y la sensibilidad; se la distingue iconográficamente por el yelmo que lleva sobre su cabeza. Su animal es la lechuza.

Según Homero en la Ilíada la ojizarca diosa había nacido, armada, nada menos que de la cabeza de Zeus; era su preferida, lo cual provocó a veces el malestar de sus otros hijos.

Así sintetiza Mireia Valls los atributos de la diosa:

La Sabiduría y la Inteligencia, que son las dos facetas más altas de la deidad, están simbolizadas por la diosa Atenea. Ésta, para dar idea de la alta procedencia de esas energías universales, nace de la cabeza de su padre Zeus como una adulta guerrera y sabia conocedora de las ciencias y artes que legará a los hombres para que con su soporte puedan trascender los estrechos límites de la individualidad y viajar por el ancho mundo de las ideas y los arquetipos. ("Comadronas y parturientas", en: La Caracola. La mujer y el simbolismo femenino).

He aquí un himno órfico a Atenea que termina de configurar las virtudes y vicios de la diosa:

Palas unigénita, venerable retoño del grandioso Zeus, divina y bienaventurada diosa, provocadora del estruendo guerrero, furibunda, nombrable e innombrable, celebérrima, cavernícola, que frecuentas las escarpadas cimas de las montañas y los umbrosos montes, y tu corazón alegras en los boscosos valles. Belicosa, que hieres las almas de los mortales con desvaríos, doncella que practicas el ejercicio, y posees un ánimo que infunde espanto, gorgonicida, que rehúyes el matrimonio, felicísima madre de las artes, excitante, inspirada de delirios alocados contra los malvados y, para los honrados, sana prudencia eres; varón y hembra por naturaleza, engendradora de guerras, prudente, de cambiantes formas, serpiente, deseosa de inspiración divina, receptora de brillantes honores, destructora de los Gigantes de Flegras, conductora de caballos, tritogenia, eliminadora de desdichas, victoriosa deidad, durante el día y la noche, sin cesar, en el último momento. Escucha, pues, mi súplica, dame una paz felicísima, abundancia y salud en medio de dichosos momentos, ojizarca, inventadora de las artes, soberana a la que dirigen muchas súplicas.