Aqueloo
Viniendo de la montaña está el río que se hace cada vez más hondo y más profundo hasta constituir una gran masa de agua que fecunda la tierra con sus poderosas barbas que se transforman en ríos de agua y en cascadas, lagos, arroyos, nuevamente en ríos, embalses, que no lo podrán contener jamás, como hasta el fin sucederá lo mismo con distintos cauces de agua, porque Aqueloo es el propietario de toda el agua dulce que generosamente sale de su cántaro y muchas veces de la cornucopia de su propia riqueza. Esa fecundidad y esa fortuna hacen que la vida exista sobre la tierra.
En su origen los egipcios lo atribuían al Nilo del que era su divinidad y luego los griegos lo hicieron dios con los atributos que hemos referido llamándolo Aqueloo y simbolizando a todos los ríos de la tierra que desembocaban en el mar, el misterioso Okéanos primordial.
En la Grecia actual hay un río aún llamado Aqueloo que es su símbolo geográfico.
Aqueloo
Pieza romana
Colección particular