DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Año

Animal con los signos de los 20 días del calendario mesoamericano. Códice Vaticano B, pág. XCVI. 
Animal con los signos de los 20 días
Códice Vaticano B
, pág. XCVI

Período cíclico que recorre la tierra alrededor del sol. Son 365 días y fracción que la astronomía desde los caldeos circunscribió con la medida de la circunferencia, es decir, 360 grados, teniendo a la numerología del 6 por base (6 + 6 = 12, los doce meses del año en relación con las imágenes con las que los antiguos dividieron el cielo, o sea: los signos del zodíaco). Los aztecas mesoamericanos agregaban 5 días calculando en números redondos y se llamaban los nemontemi, cinco días de penitencia para preparar la entrada del año nuevo y antes de que lo hiciera despojarse de todas las prendas de vestir y de la vajilla que se había cocinado para ese año, retomándose los trabajos de reconstrucción inmediatamente pues necesitaban de esos platos y fuentes para poder comer. De esa forma daban comienzo al nuevo año donde también se encendía un fuego nuevo ya que se habían apagado todos los de la aldea la noche anterior quedando los penitentes varias horas en la oscuridad y sin calor de modo total. Y así recomenzaba la cuenta del nuevo ciclo tejido de dichas y desdichas.

Esta costumbre la hemos podido observar en otros pueblos, de allí los yacimientos de vasijas que la arqueología ha, sin embargo, necesitado para la reconstrucción de muchas ciudades de diversas culturas, además, claro está, de las tumbas y los monumentos mayores como templos, palacios, teatros, etc.

los veinte días del calendario mesoamericano en relación con el cuerpo humano. Códice Vaticano A, pág. LIV.
Signos de los 20 días (x 18 meses =360) y su correspondencias con el cuerpo humano
Códice Vaticano A, pág. LIV

Las divisiones del año no solamente han sido siempre relacionadas con la astronomía sino también ésta con los fastos en el ciclo en cuestión, comenzando por el del solsticio de verano y el de invierno y los equinoccios de primavera y otoño que también se vinculaban con las cuatro estaciones del año, logrando así con esta síntesis magistral dar comienzo a la cultura de todos los pueblos, con mayor precisión, o menor, y en algunos casos sólo contando con dos estaciones (lluvias y sequía) o dos puntos del espacio (este-oeste), por donde sale y se pone el sol.

Por eso el año sintetiza las dos caras del presente, lo pasado y lo futuro, lo que ha pasado y lo que se inicia. Y por ello lógicamente, siempre es o está presente. Ciclos.