Pandora (gr.)
Esposa de Epimeteo, hermano de Prometeo, que se dejó seducir por su belleza.
Hefesto moldeó con barro a Pandora (obedeciendo a Zeus) y con ello, facilitó la apertura de la caja que ella llevaría y en la que aquél escondía la indefinitud, que se propagó inmediatamente en el mundo revitalizando sus sociedades mediante rejuvenecimientos varios.
Estos hombres son nuestros contemporáneos ya que hemos tenido el honor de figurar entre los habitantes del fin y por ello de un nuevo comienzo que ya se puede degustar en lo íntimo del corazón.
Yo a cambio del fuego, les daré un mal con el que todos se alegren de corazón acariciando con cariño su propia desgracia. (Hesíodo, Los Trabajos y los Días, 58ss).
Pandora. Museo Nacional de Reggio
Calabria, Italia
Se sigue de esto, la maldad implícita en la construcción de lo creado y no sólo del hombre, y que interactuando con éstos (los dioses) produce el caldo de cultivo final, de temperatura muy elevada, como se nos dice.
Le infundió habla el heraldo de los dioses [ya que recordemos era una muñeca forjada por Hefesto] y puso a esta mujer el nombre de Pandora porque todos los que poseen las mansiones olímpicas le concedieron un regalo, perdición para los hombres que se alimentan de pan. (Id., 80ss).
En efecto, antes vivían sobre la tierra las tribus de hombres libres de males y exentas de la dura fatiga y las penosas enfermedades que acarrean la muerte a los hombres […]. Pero aquella mujer, al quitar con sus manos la enorme tapa de una jarra los dejó diseminarse y procuró a los hombres lamentables inquietudes. Sólo permaneció allí dentro la Esperanza aprisionada entre infrangibles muros bajo los bordes de la jarra, y no pudo volar hacia la puerta; pues antes cayó la tapa de la jarra [por voluntad de Zeus portador de la égida y amontonador de nubes]. (Id., 90ss).