DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Pan (gr., lat.)

Dios griego barbado, con cuernos y patas de cabra que vivía en las grutas o los oquedales donde se resguardaba. Cuidaba los rebaños y su nombre tiene la misma raíz de pastor. Hijo de Hermes y amante de las ninfas con quien tenía muy buenas relaciones, su instrumento musical era una flauta que lleva su nombre (flauta de Pan, caramillo). En el himno XIX de Homero se lo puede ver como cazador:

A menudo atraviesa por entre las praderas matando fieras.

Manuscrito s. XV
Cesare Ripa, Iconología II

En La Metamorfosis de Ovidio (i 705) se narran sus amores con la ninfa Siringa que se transformó en caña huyendo de ellos, compartidos con otras muchas ninfas, entre ellas la célebre Eco.

Hay quien dice que no hay que despertarlo cuando duerme la siesta.

La lucha entre Pan y Apolo es la de la lira y la flauta, a saber: los instrumentos de cuerda y los de viento. También recordar a Marsias y a su invento de la doble flauta, cuyo trágico destino ha sido interpretado simbólicamente de otra manera: «Pico de la Mirándola ponía el ejemplo del ‘desollamiento’ sacrificial de Marsias como el modelo a seguir por esos amantes: ‘Si te juntas con cantantes y arpistas, puedes confiar en tus oídos, pero cuando te acerques a los filósofos, debes apartarte de los sentidos, debes volverte sobre ti mismo, debes penetrar en las profundidades de tu alma y en los recovecos de tu mente, debes adquirir los oídos de Tineo (se refiere a Apolonio de Tiana, filósofo pitagórico), con los que, al no estar ya en su cuerpo, no escuchó al Marsias terrenal sino al celeste Apolo, quien con su divina lira y con inefables modos, entonó las melodías de las esferas’.» (Introducción a la Ciencia Sagrada, Programa Agartha, Federico González y col., acápite Amor). Es decir, el blanqueo de su alma.

Manuscrito s. XV
Manuscrito s. XV

2. Himno Órfico a Pan:

Invoco al poderoso Pan, pastoril, sustento del mundo; también, al cielo, al mar, a la augusta tierra y al fuego inmortal, pues éstos son miembros de Pan. Ven, afortunado danzante, envolvente, que reinas al unísono de las Estaciones. De miembros de cabra y entregado a los delirios báquicos, que gustas de la inspiración divina y vives a la intemperie. Con jocoso canto configuras la harmonía del universo, propiciador de las fantasías y causante de los temores humanos por el espanto que infundes. En las aguas te alegras con los cabreros y boyeros, cazador de larga vista, amigo del Eco, disfrutando de la danza en compañía de las ninfas; generador de todas las cosas, padre de todos, renombrada deidad, señor del universo, engrandecedor, portador de luz, fértil Peán, cavernícola, colérico, auténtico Zeus cornudo. En ti se fundamenta, pues, con solidez el inmenso suelo de la tierra y ante ti ceden las profundas aguas del incansable mar y el Océano que, entre sus aguas, abraza a la tierra; porción áurea nutriente, sustento para los seres vivos, y mirada del velocísimo fuego en lo alto de la cima. Pues estas realizaciones, por mandato tuyo, resultan muy complejas: cambias la naturaleza de todos con tus previsiones, alimentando el linaje humano por el ancho mundo. Ea, pues, bienaventurado, pleno de delirio báquico e inspiración divina, ven a nuestras piadosas libaciones y otorga un grato final de vida, desviando la locura de Pan a los confines de la tierra. Dioniso Hermes.

3. Alimento que es la carne de Jesús, según éste dejó dicho en la última cena. En otros tiempos estaba implícito en el término compartir.

El pan nuestro de cada día

se refiere al alimento material, que se efectúa con distintos granos, pero fundamentalmente al espiritual sin el cual la vida carecería de sentido.