DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Música

Grabado medieval en madera representando a Pitágoras.
Grabado medieval en madera representando a Pitágoras

La música es el arte de la armonía, especialmente del concierto universal que se expresa por su intermedio y que el transmisor recibe para manifestarla. Es célebre la frase relativa a Pitágoras y su música de las esferas refiriéndose a la Armonía Universal. Joscelyn Godwin, citando a Macrobio, en su Armonía de las Esferas escribe:

[17] La formación del Alma del mundo, como podemos advertir fácilmente, se desarrolló de manera alternativa; después de la mónada, que es a la vez par e impar, se introdujo un número par, a saber, el dos; luego siguió el primer número impar, el tres; en cuarto lugar vino el segundo número par, el cuatro; en quinto lugar, el segundo número impar, el nueve; en sexto lugar, el tercer número par, el ocho; y en séptimo lugar, el tercer número impar, el veintisiete.

Puesto que los números impares son considerados masculinos y los pares femeninos, Dios quiso que el Alma que iba a dar nacimiento al universo naciera del par y el impar, es decir, de lo masculino y lo femenino; y que, puesto que el Alma estaba destinada a penetrar el universo sólido, alcanzara aquellos números que representan la solidez en ambas series.

[18] Y además el Alma tenía que ser una combinación de aquellos números que poseen una atracción mutua, puesto que el Alma debía infundir un acuerdo armónico en el mundo entero. Ahora bien, dos es el doble de uno y, como ya hemos explicado, la octava surge del doble; tres es una vez y media mayor que dos, y esta combinación produce la quinta; cuatro es una vez y un tercio mayor que tres, y esta combinación produce la cuarta; cuatro es también cuatro veces tan grande como uno, y de la ratio cuádruple surge la doble octava. [19] Así, el Alma del Mundo, que impulsó en el cuerpo del universo el movimiento que ahora presenciamos, debe haber sido tejida conjuntamente con aquellos números que producen la armonía musical para hacer armoniosos los sonidos que infundió mediante su impulso estimulador. Descubrió el origen de estos sonidos en el tejido de su propia composición.

2. El origen de la música es sagrado, aunque esto es válido para las demás artes, haciendo la salvedad de que es un aserto para todas las cosas, pese a que las artes representan, así como las verdaderas ciencias, una especie de encuadre natural donde éstas se expresan de modo casi espontáneo, de acuerdo a sus propias características y posibilidades.

Basilio Valentín, Révélation des mystères des teintures essentielles des sept métaux, París 1668.
Basilio Valentín, Révélation des mystères des teintures essentielles
des sept métaux
, París 1668

Desde Pitágoras se ha relacionado a la música con la Cosmogonía y prueba de ello son las distintas manifestaciones que ha tenido en el transcurso del tiempo la doctrina acerca de «la música de las esferas» en relación con la permanente armonía cósmica, que mantiene a cada cosa en su realidad particular, merced a la interacción de equilibrios y desequilibrios, propia del universo.

Mujeres músicas. Tumba de Rejmire, Egipto.
Mujeres músicas. Tumba de Rejmire, Egipto

Platón en su Timeo nos describe en base a los espacios y ritmos que los números simbolizan tanto el cosmos que pueblan los dioses, planetas y hombres, como a la escala musical, combinando a los pares e impares (femeninos y masculinos) en una serie indefinida de posibilidades.

A partir de allí los filósofos y músicos, etc., que han tocado el tema son muchos en Occidente y han sido muchísimos también en espacios y tiempos distintos ya que estas relaciones hacen al número en sí, y han sido puestas siempre vinculadas con la armonía –sea ésta musical o no– y las diversas maneras en que ella se expresa mediante los modelos del cielo, la tierra y el hombre, en virtud de leyes de comportamiento idéntico y aun inexorable, aunque la interpretación de ellos no haya sido la misma. Pues «estas relaciones y especulaciones entre la música y la cosmogonía y la metafísica son propias de todo el pensamiento occidental y se han continuado sin interrupción hasta nuestros días». (Federico González, Simbolismo y Arte, Cap. VII: «Arte Musical»). Musas Danza.

3. Saber de música no consiste, por tanto, sino en conocer la distribución ordenada del conjunto del universo y cuál es el plan divino por el que se asignó un lugar a cada cosa; pues la ordenación que, en un plan artístico, reúne en un mismo conjunto las cosas singulares, completa un concierto muy dulce y verdadero que produce una música divina. (Asclepio, 13).