DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Evangelios apócrifos

En nuestra entrada Apócrifos, complementaria con ésta, hemos dado cuenta en términos generales del tema y rogamos a nuestros lectores consultarla. Aquí básicamente queremos dar un listado de este tipo de literatura señalando en ciertos casos información adicional.

Como menciona el escritor católico Daniel Rops son varios e importantes los aportes de estos Evangelios, bastante disímiles entre sí.

Al describirlos, se pueden señalar ciertas costumbres tradicionales cristianas que tienen su origen en ellos y que los Evangelios canónicos no mencionan, como el nombre de los padres de la Virgen María, Joaquín y Ana que la parieron en la vejez como fue el caso de Abraham y Sara en el Antiguo Testamento.

Es igualmente el tema del pesebre que se instala actualmente para la Navidad en los templos y en los hogares cristianos, la presencia del buey y el asno en la cabecera de su cuna de paja alentando a Jesús niño, los nombres de los Reyes Magos, etc. Así como los escritos llamados los Evangelios de la infancia que sin ser muy importantes desde el punto de vista doctrinal narran unas deliciosas anécdotas de la infancia del Hijo del Hombre, incluso definen la figura de María y la de José, su casto esposo. Otros de ellos han influido en las fiestas litúrgicas (ejemplo: la de la Asunción) y aún en dogmas de fe como la ascensión de María a los cielos o el descenso de Jesús a los infiernos después de su muerte como está consignado en el Evangelio de Nicodemo.

Pero la mayor parte de estos escritos que se pueden clasificar en cuatro series al igual que los canónicos: (Evangelios, Hechos, Cartas, Apocalipsis) son de tipo esotérico y sapiencial y por ello –y otros asuntos teológicos y ligados a la ortodoxia– fueron calificados desde el comienzo como "gnósticos", siendo sus contenidos más al estilo del Evangelio de San Juan. Buena parte de esta literatura está escrita en griego aunque muchos de los textos se hallan en traducciones latinas, coptas, siríacas, etíopes, eslavas y aún árabes como el Evangelio árabe de la infancia (hay otro de este tipo en armenio).

Queremos recordar que las sectas llamadas gnósticas fueron condenadas formalmente como herejías por la Iglesia romana. Debe destacarse que varios de estos escritos también se han encontrado en el siglo pasado con el descubrimiento arqueológico de Nag Hamadi. Hacemos la constatación de que muchos de los textos apócrifos a que nos estamos refiriendo han recibido el nombre de logia y ágapes. Estamos conscientes de que los nombres que damos a continuación (muchos de estos libros o fragmentos reciben distintas denominaciones) constituyen un listado limitado en varios sentidos por lo que enviamos al lector, directamente a los siguientes textos: El Protoevangelio de Santiago; El Evangelio del pseudo Tomás y el de Tomás; El libro del tránsito de la Virgen María, madre de Dios y la versión árabe del tránsito de la Virgen María; El Evangelio de Nicodemo; El Evangelio de Pedro; El Evangelio según Felipe; El Evangelio de María; El Evangelio según los hebreos; El Evangelio de Valentín; El Evangelio egipcio; El Evangelio de Tadeo, el de Andrés, el de Bartolomé y Basílides; Los Evangelios de Corinto, de Eva, de Judas Iscariote y de Bernabé. Dos más en árabe: El Evangelio de la Infancia de Jesús y el de José (historia de José carpintero); El Evangelio de Felipe, Matías, etc.

Los Hechos de Pablo, de Pedro, de Pedro y Pablo; Los Hechos de Andrés y Juan; Los Hechos de Tadeo y Tomás, etc.

Las Epístolas de Tito y Bernabé; Epístola de Pablo a los Alejandrinos y Laodicenses y tercera a los Corintios, etc.

Los Apocalipsis son igualmente numerosos; el de Pedro, el de Pablo, el de Tomás, el de Esteban; los Apocalipsis de la Virgen, etc.

De los manuscritos de Nag Hamadi agregaremos: El Evangelio de la Verdad; Diálogo del Salvador; Sabiduría de Jesucristo; La Hija de Pedro; Epístola de Pedro a Felipe y la Oración de Pablo, entre los que no están anteriormente listados.

Para finalizar diremos que los Evangelios sinópticos o canónicos datan de la misma época que los apócrifos: ciento cincuenta a doscientos años después de Cristo, pese a haber sido atribuidos a los Apóstoles. Parece ser que el que estableció la distinción entre ambos, fue Ireneo y discípulos que seleccionaron sólo alguno entre todos, los que hoy son los "oficiales".