DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Cadmo (gr.)

Las aventuras de Cadmo tan errático y sorprendente como Heracles o Ulises, nos hacen reflexionar en el mito como elemento ejemplar y constituyente de nuestra cultura tal el caso directo de la griega que da lugar al pensamiento de Occidente.

En ningún lugar pudiera tacharse a este héroe –muy popular en Creta y Rodas y fundador de Tebas– de excéntrico ya que las andanzas de los principales protagonistas del panteón, Zeus y Hera, han dramatizado situaciones paradojales o análogas, y en el caso del primero metamorfosis que ningún autor de "cómics" podría jamás haber imaginado. Ante ellos cualquiera es un niño de pecho.

Pero volvamos a Cadmo, hermano de Europa, famosa esta última por su rapto que ocupó parte de los eventos múltiples en que se vio envuelto el dios y que han tenido la virtud de dejarnos, una vez más, azorados y con la boca abierta –para significar lo menos–, a un público que, tanto hoy, como ayer, tiene que decidir entre si es veraz o no lo que le dicen sus sentidos.

He aquí, someramente trazados, algunos rasgos de su vida:

Cadmo, tras haber enterrado a Telefasa a su muerte y recibido hospitalidad por parte de los tracios, se dirigió a Delfos para obtener información acerca de Europa. El dios le dijo que no se afanase más por Europa, sino que se dejase guiar por una vaca y fundase una ciudad en el lugar donde ella cayese agotada. Luego de recibir este oráculo, marchó a través de la Fócide y, hallando luego a la vaca entre los rebaños de Pelagonte la siguió. Ésta, después de haber atravesado Beocia, se dejó caer en el lugar donde ahora se encuentra Tebas. Deseoso de sacrificar la vaca en honor de Atenea, envía a algunos de sus seguidores a conseguir agua de la fuente de Ares; pero un dragón que custodiaba la fuente, el cual algunos dicen que era hijo de Ares, extermina a la mayor parte de los enviados. Lleno de ira Cadmo, mata al dragón y por consejo de Atenea siembra sus dientes. Realizada la siembra, de inmediato brotaron de la tierra hombres armados a los que se denominó espartos. Estos se mataron entre sí, unos por entrar en combate involuntariamente, otros por ignorancia. Sin embargo Ferécides afirma que Cadmo, al ver que de la tierra brotaban hombres armados, arrojó piedras contra ellos y ellos, al creer que habían sido arrojadas los unos por los otros, se trabaron en combate. No obstante sobrevivieron cinco, Equión, Udeo, Ctonio, Hiperénor y Peloro.

Cadmo estuvo al servicio de Ares durante un año muy largo, pues un año de los de entonces era como ocho.

Después de su servidumbre Atenea le procuró el reino y Zeus le otorgó como esposa a Harmonía, hija de Ares y Afrodita. Todos los dioses abandonaron el cielo y en la Cadmea celebraron la boda entre banquetes y cánticos. Cadmo le regaló un peplo y un collar obra de Hefesto, que según algunos había sido regalado por éste a Cadmo… (Apolodoro, Biblioteca, III, 4).

Minerva y Cadmo, por Jacob Jordaens, Madrid, Museo del Prado
Jacob Jordaens, Cadmo y Minerva, c.1637.
Madrid, Museo del Prado.