DICCIONARIO DE SIMBOLOS Y TEMAS MISTERIOSOS
Federico González Frías

DICCIONARIO

Apocalipsis

Los cuatro jinetes del Apocalipsis, Alberto Durero 1498.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis (El Apocalipsis), 1498
Alberto Durero

El Apocalipsis es el fin del tiempo cuando éste es absorbido por el espacio. El más conocido es el de Juan, aunque todas las tradiciones poseen la idea de este fin de ciclo (Dn. XII, Mt. XXIV, 1-27) y (Hesíodo, Los Trabajos y los Días, 188-200) Fin de Ciclo. Igualmente debemos incluir cuatro libros seleccionados de la Tradición Precolombina: el Popol Vuh; el Libro de Chilam Balam de Chumayel; Teogonía e Historia de los Mexicanos y el Códice Chimalpopoca entre otros), pero queremos señalar el del Corpus Hermeticum:

¿Acaso ignoras, Asclepio, que Egipto es imagen del cielo, o lo que es más exacto, la morada del cielo y de todas las potencias divinas? Si hemos de decir verdad, nuestro país es el templo del cosmos. Pero es conveniente que sepas, que un tiempo ha de venir en que parecerá que los egipcios han sido fieles en vano a la divinidad, un tiempo en el que se verá despreciada su total dedicación al culto de la divinidad. Pues la divinidad, toda ella, abandonará Egipto y retornará al cielo, y la tierra egipcia, abandonada por sus dioses, enviudará. Egipto se verá invadido y sometido por extranjeros. ¡Ay Egipto!, verás cómo se prohíbe todo culto a Dios, y lo que es peor, cómo es reo de la suprema pena aquél al que descubran dando culto y honrando a Dios. Y en ese día este país, que supera a cualquier otro por su piedad, se convertirá en impío. De estar lleno de templos pasará a llenarse de tumbas, de estar henchido de dioses a rebosar de cadáveres. ¡Ay Egipto, Egipto! Sólo fábulas quedarán de tus divinidades y tu religión, nadie creerá en acciones maravillosas y palabras sagradas: tus milagrosas palabras se convertirán en piedras. Y entonces, ay Egipto, prevalecerá sobre ti la religión del bárbaro, sea el escita, el indio o cualquier otro de este género. ¿Pero para qué hablarles a los egipcios, si incluso ellos abandonarán Egipto?…

… Por eso se despreciará este cosmos magnífico (creado por) Dios, esta obra sin parangón, este acto lleno de virtud, espectáculo multiforme, provisión (hecha) sin envidia, llena de (todo lo) digno de contemplación. Se preferirán las tinieblas a la luz y la muerte a la vida, nadie alzará sus ojos al cielo. El hombre piadoso será considerado demente, el impío será honrado como sabio, el cobarde tenido por valiente y el hombre de bien castigado como un malhechor. En cuanto al alma y todo lo que se refiere a ella, como que es inmortal y todo lo demás que os he enseñado, todo esto, Tat, Asclepio y Amón, no sólo será considerado como algo ridículo sino incluso objeto de burla. Es más, y creedme en esto, las vidas de estas personas correrán el más grave peligro. Se instituirá una nueva ley.

… partirán las divinidades bienhechoras y sólo los ángeles malvados permanecerán entre los hombres para impulsarlos al mal, a la osadía y la impiedad, a la guerra y al pillaje, enseñándoles todo lo que es contrario a la naturaleza. Se desestabilizará la tierra, dejará de ser navegable el mar y ya no serán conocidas las estrellas del cielo. Será silenciada toda voz santa, expresión de la palabra de Dios, y enfermará hasta el mismo aire. En esto consistirá la vejez del cosmos: impiedad, deshonor e indiferencia ante toda palabra de bien. Cuando esto suceda, Asclepio, entonces, el padre y Dios, hacedor del primer y único dios, empieza por observar lo que ha sucedido, y, por su designio que es el bien, tras dirigirlo contra el desorden, extirpa el error y pone fin a la maldad: la anega con un diluvio, la consume con el fuego violento y la extermina con guerra y epidemias hasta restaurar… (Asclepio, 24-25-26).

Solemos olvidar los que no somos protestantes que la palabra Apocalipsis se traduce por Revelación. Fin de los Tiempos.